El aliado de Cronos
Madrid, agosto, domingo, Museo Arqueológico, ¿ideal para los que no pueden ir a la Expo?, ¿tranquilidad, frescura, cultura? Trece treinta horas. La Dama de Baza, antigua representación de la diosa de la muerte griega y fenicia. Manolo el de la puerta amenaza a menos veinte de que el público debe dispersarse ya. La Dama de la Muerte, la Dueña del Umbral lleva algo en la mano, ¡un pichón! significativo de... Manolo el de la puerta señala el fin de jornada, y apretuja psicológicamente al público hacia la salida. Trece cincuenta y cinco minutos... Mercurio alado me da fuerzas y sigo leyendo, pero Manolo, aliado de Cronos, viene por mí, le pregunto la hora. "Es la hora de salir". Salgamos, pues, mas retrocedo y vuelvo a leer, ese dato es importante, quizá. Manolo me da tictac, tictac, y su equipo me rodea. Desisto, ni siquiera Marte en la pelea. "Caradura", me despide a voces, y ese pichón en la mano de la Dama me recuerda que quizá la libertad comienza donde acaba la vida lógica del temor de nuestros sueños de manolas y manolos, encerrados en horarios y un sueldo. Volveré al Arqueológico -retorno del alma al Hades sin hacer memoratorio el gesto del Manolo- para recordar por siempre la paloma, la mano de la Dama y la palabra "Libertad".-
