La ONU prevé un invierno dramático en Bosnia
"Incluso si la paz se firmara ahora mismo, nos encontraríamos con gravísimas dificultades para volver a asentar a los refugiados en sus pueblos de origen. Sus viviendas han sido arrasadas. En muchas partes no queda nada. No hay electricidad, ni petróleo, ni comida", dice el británico Peter Kessler, representante para la prensa de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Zagreb, la capital croata."El invierno se presenta terrible para Bosnia-Herzegovina" añade. "La comunidad internacional está siendo muy generosa, pero las necesidades son enormes. Tenemos 66 camiones y necesitamos 200 para hacer llegar alimentos y mantas a las 700.000 personas que han si o desplazadas de sus hogares en Bosnia", asegura Kessler. "Las epidemias, el hambre y el frío provocarán miles de muertes este invierno".
En total, más de dos millones y medio de personas de la antigua Yugoslavia se han convertido en refugiados a causa de la guerra. A los casi 700.000 refugiados instalados en campos en Bosnia o en tránsito a lo largo del país martirizado por la contienda, hay que sumar otros 700.000 en Croacia, casi 400.000 en Serbia, 50.000 en Montenegro y 70.000 en Eslovenia. Las cifras de la catástrofe se multiplican cada día y el conflicto bélico se mantiene vivo.
Entre primeros de julio y mediados de agosto, más de 3.000 toneladas de alimentos y medicinas han sido distribuidas por convoyes de ACNUR en Bosnia-Herzegovina desde Split, Zagreb y Belgrado. La ayuda procede de organismos internacionales, de la CE y de otros países.
Sufrimiento humano
El último informe sobre la situación en la antigua Yugoslavia emitido por ACNUR es como una guía de viajes hacia el sufrimiento humano. El calendario de convoyes humanitarios organizados cubre casi todos los días, entre el primero de julio y el 30 de agosto. Destino: lugares donde se combate, ciudades sitiadas, bolsas de familias desplazadas, hospitales improvisados, campos de refugiados,y campos de prisioneros. Es decir, Banja Luka, Knin, Bihac, Okucani, Mostar, Znica, Sarajevo, Zvornik, Pale, Bosanski Samac... Un apretado mapa del desastre.
Para acceder a todas las zonas afectadas por la guerra, ACNUR asegura que se necesitan más camiones, más mecánicos y más conductores internacionales, ya que los chóferes locales no pueden cruzar los puntos de control entre una zona bélica y otra. Con donaciones de Dinamarca, Suecia y Noruega, la flota de vehículos ha aumentado de 35 unidades en junio hasta 66 a principios de agosto, y son esperados otros 26 camiones procedentes del Reino Unido, Italia y Francia antes de final de mes. Pero incluso con los 150 camiones con que se contará en diciembre, ACNUR reconoce que no podrá llevar ayuda a muchas zonas, y que "un gran número de personas morirá este invierno de hambre o de frío".
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