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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Magic y la carrera contra el sida

El sida no entiende de Juegos Olímpicos, ni de marcas batidas, a no ser que sean las de enfermos y muertos. Según los expertos reunidos en Amsterdam recientemente, va en aumento el número de enfermos de sida en todo el mundo, y en España la cifra se dispara en las relaciones heterosexuales.Esto viene a demostrar que la política de marginación a los colectivos de toxicómanos, prostitutas y homosexuales no es más que una falacia, una farsa del poder del Estado y de los medios de comunicación, que bien son mal informados, bien se dejan manipular convenientemente, con el subsiguiente peligro de una información manipulada y no contrastada. Magic Johnson, un atleta consagrado y un personaje muy humano, es admirado y apoyado por todos como un Dios del mundo del espectáculo, pero ¿qué pasa con los miles de enfermos del sida, esa silenciosa mayoría que no es ni famosa ni rica ni popular?

A Magic se le deja trabajar en lo suyo, el deporte espectáculo del baloncesto, en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, y yo me siento orgulloso como amante del deporte y como enfermo del virus del sida, pero ¿quién apoya a los demás enfermos y portadores anónimos?; ¿dónde está la ayuda humanitaria, social y económica del Estado, de las instituciones sociales y populares para todos estos enfermos del sida?, y ¿dónde está la solidaridad tan comentada de este país y de este pueblo? Al revés, los que no somos mágicos ni salimos en los medios de comunicación continuamente, somos producto perecedero y desechable.

Los Juegos Olímpicos, un éxito apoteósico e inolvidable, la Expo maravillosa; pero todo ha costado una pasta gansa, vamos a ver si se gastan cuartos en investigación científica y seria sobre el sida y mejora notablemente la asistencia médica, tanto científica como humana, en nuestro sistema sanitario público, que deja mucho que desear.-

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