25 buques y 200 aviones aliados cercan a Irak
Una flota de 25 buques estadounidenses (entre ellos el portaaviones Independence, que transporta 60 aviones de combate) y cerca de 200 aeronaves aliadas repartidas en Arabia Saudí y Turquía constituyen el contingente que se encargará de disuadir a la aviación de Irak de sobrevolar el espacio aéreo del sur del país, por debajo del paralelo 32. La decisión de EE UU, el Reino Unido y Francia de atajar los ataques de Bagdad contra las poblaciones shiíes, creando una zona de exclusión en el sur de Irak, ha sido calificada de "ilegal" por el régimen iraquí, que ha asegurado que "se opondrá a ella por todos los medios posibles".
El ministro francés de Defensa, Pierre Joxe, anunció ayer que su país considera que la resolución 688 de la ONU, inmediatamente posterior a la guerra del Golfo, avala la creación de una zona de exclúsión en el sur de Irak, y declaró que su país enviará diez aviones del tipo Mirage 2.000 que, junto a Jos ocho Tornado GRIA que Gran Bretafia va a mandar en los próximos días, engrosarán las fuerzas occidentales desplegadas en la zona.Estados Unidos cuenta con 18 buques repartidos en el Golfo Pérsico, el golfo de Omán y el mar Arábigo y siete en el mar Rojo, entre ellos el grupo de combate del portaaviones Independence (compuesto por dos cruceros, dos fragatas y un destructor portamisiles.) A esta flota se podría unir el grupo de combate del portaaviones Saratoga, actualmente en el Mediterráneo.
Por lo que respecta a la aviación, EE UU mantiene en territorio saudí dos aviones espía en Taif, 12 aviones invisibles F -117A en Jamis Mushayt, 98 aparatos en Dahran y 2 AWAC y 12 aviones cisterna en Riad. En la base de Incirlik, en el sur de Turquía, hay 50 aviones de los países aliados, entre ellos ocho Jaguar británicos y ocho Mirage franceses.
El actual despliegue supone tan sólo el 10% de la capacidad de ataque acumulada antes de la guerra contra Irak, hace año y medio, pero basta para atacar un área limitada.
Los aliados pretenden imponer la pantalla aérea "en los próximios días", según declaró ayer un portavoz del primer ministro británico, John Major, que no quiso dar más datos. Las mismas fuentes desmitieron que hubiera algún desacuerdo entre el Reino Unido y EE UU, que se ha mostrado mucho más cauto en sus declaraciones sobre el plan. Major mantuvo ayer contactos con los emires de Balirein y Qatar.
Siete años de cárcel
Un ciudadano británico fue condenado ayer en Irak a siete años de prisión por entrar ilegalmente en el país. Londres calificó la condena de su súbdito, supuestamente un empleado de una empresa de suministro con residencia en Kuwait que se extravió en el desierto como desporporcionada, alegando que se trata de una muestra de la "explotación por el régimen de Bagdad de los civiles inocentes".En Bagdad, Sadam Husein presidió ayer una reunión al más alto nivel consagrada a estudiar la creación por parte de los aliados occidentales de una zona de exclusión en el sur de su país. Un portavoz gubernamental declaró después de la reunión que el proyecto de crear tal zona de exclusión es "¡legal" y que persigue la partición del país. 'Tos que creen que pueden imponer en el sur de Irak lo que impusieron hace un año en el norte [zona kurda sobre el paralelo 361 son unos ilusos", añadió el portavoz. "Resistiremos por todos los medios", dijo el portavoz oficial, quien añadió que "el pueblo iraquí no consentirá que culmine el proyecto de los sionistas-imperialistas".
En Yemen, el ministro de Exteriores, Abkel Karim, calificó como "un atentado flagranie contra la soberanía iraquí" el proyecto de establecer la zona de exclusión, según declaraciones recogidas por France Presse.
Entre tanto, el enviado de Naciones Unidas para coordinar las tareas humanitarias en Irak, Jan Eliasson, reconoció ayer que, de momento, las conversaciones con Bagdad no han dado resultado. La ONU quiere que Irak vuelva a permitir sus trabajos, paralizados el pasado día 30 de junio, cuando expiró el pacto suscrito con la ONU después de la guerra.
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