Fuerte deterioro de los déficits público y exterior en el primer semestre

El déficit público español alcanzó la cifra de 1,227 billones de pesetas en el primer semestre de 1992, lo que supone un aumento del 40,4% respecto al mismo periodo del año anterior, según el último informe del Banco de España. La causa fundamental de esta importante contribución al ya abultado déficit público radica en el desfase creciente entre gastos e ingresos del Estado.Mientras que los ingresos no financieros aumentaron un 5% para situarse en los 5,462 billones de pesetas, los pagos lo hicieron en un 10,1% y alcanzaron un volumen de 6,69 billones de pesetas.

La partida de impuestos directos -la principal de los ingresos no financieros-, cuyas principales columnas son el impuesto sobre la renta (IRPF) y el impuesto de sociedades, creció sólo un 3% frente a una previsión inicial del 13%. La explicación hay que buscarla en la caída de la recaudación del impuesto de sociedades (un 36,1%), fruto de la mala situación empresarial en los últimos dos años, y en el decepcionante aumento de la recaudación del IRPF, que por sí solo representa el 90% de todos los impuestos directos. El IRPF proporcionó un 8,6% más de recaudación en el primer semestre de 1992, frente al 13,3% que esperaba la Administración.

Desequilibrio

Pero han sido los gastos, que han crecido más allá de todas las previsiones, los que han acabado de desequilibrar la balanza. Las transferencias corrientes -la partida más importante de los pagos no financieros y la más expansiva- han crecido un 28% respecto al primer semestre de 1991, cuando la Administración había previsto un aumento del 15,4%. Este apartado, que incluye, entre otras, las transferencias a la Seguridad Social y al Inem, supuso en el primer semestre de 1992 un total de 3,713 billones de pesetas. La importancia de esta cifra está en consonancia con la evolución creciente del número de beneficiarios de prestaciones contributivas y asistenciales por desempleo (21,7% hasta marzo, respecto al mismo periodo de 1991).El déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente estimado para el primer semestre de 1992 se situó en 1,405 billones de pesetas, un 43,8% más que en el mismo periodo del año anterior. El deterioro del déficit comercial y la evolución desfavorable del saldo de rentas de inversión son los responsables de esta evolución negativa. Las exportaciones crecieron un 7,5% en este periodo, mientras que las importaciones lo hicieron en un 11, 1 %.