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Las 'operaciones asfalto' favorecen de forma desigual a los distritos

Por cuarto año consecutivo, el Ayuntamiento realiza la Operación Asfalto. Alrededor de 500 calles han sido remaquilladas, con un coste global de 3.750 millones de pesetas. No todos los distritos se han visto igualmente favorecidos en estos cuatro años; de hecho, sólo tres se reparten el 26% de las calles asfaltadas. La oposición socialista demuestra no controlar la forma en que el consistorio gasta tanto dinero, y algunos vecinos no entienden por qué se asfaltan calles en buen estado y a otras nunca les llega el turno.

El portavoz en funciones del grupo socialista municipal, Eugenio Morales, manifestó a este periódico que no podía dar su opinión sobre las inversiones en reasfaltado porque "no había tenido tiempo para estudiar el asunto".El grupo municipal de Izquierda Unida (IU), sin embargo, califica tajantemente de "derroche absoluto" esta actuación municipal, que este año invertirá 700 millones de pesetas en reasfaltar 133 calles. "Es un lavado de cara", afirma José Luis Pestaña, portavoz en funciones de IU. "Los baches profundos ni se tocan. Con el mismo dinero se pueden arreglar a fondo muchas calles".

Pestaña considera además que este año va más lenta que nunca. "En Conde de Romanones empezaron en julio con las obras y todavía no han terminado, con las consiguientes molestias".

Tres distritos de Madrid (Centro, Puente de Vallecas y Vallecas Villa) se han llevado el 26% de las acciones de la Operación Asfalto desde 1989. Otros seis (Fuencarral, San Blas, Moratalaz, Retiro, Moncloa y Vicálvaro) se reparten sólo un 14,5% de las 535 actuaciones de esta operación veraniega en las calles de Madrid. Las diferencias se deben, según el Ayuntamiento, a que los barrios de creación más reciente no necesitan la misma renovación del pavimento.

El Departamento de Conservación de Vías Públicas, dependiente de la Concejalía de Obras e Infraestructuras, decide qué calles se van a incluir en la Operación Asfalto, en función de la recomendación de los concejales de distrito. Éstos confeccionan una lista con las vías más deterioradas de su zona y, tras una inspección, los técnicos del Ayuntamiento seleccionan aquellas que están en peores condiciones.

El disgusto del concejal

El distrito de Retiro, uno de los que menos se han beneficiado de la operación de agosto, solicitó que se incluyeran en la de este año cuatro calles, pero sólo consiguió dos. El presidente del distrito, Juan Antonio Gómez Angulo, se llevó un gran disgusto, según un ingeniero de su equipo, porque no van a reasfaltar los bulevares, como había solicitado. Sin embargo, consideran que es la zona de Madrid en la que el pavimento se encuentra en mejor estado.En Puente de Vallecas, el barrio donde se han asfaltado más calles en estos cuatro años, se aprobaron para esta campaña la mitad de las 20 calles que habían propuesto. La razón de que ese distrito haya tenido 50 actuaciones estriba, según un técnico de la junta de distrito, en que el barrio es muy grande y bastante antiguo. De hecho, se han asfaltado calles que todavía tenían adoquines.

La calle del Alcalde Sainz de Baranda, en Retiro, fue remodelada hace cuatro años tras las obras de ampliación de la línea 9 del metro. Ayer, las máquinas repasaron su superficie. Los vecinos creen que no es de las que más lo necesitaban. "Hay calles en mi barrio que están mucho peor", decía Belén Pascual, que vive en Moratalaz pero trabaja en la zona.

Los madrileños reciben, generalmente con buen talante a las máquinas asfaltadoras, aunque, como dice uno de los camioneros que participan en la operación, "hay de todo". Algunos se quejan porque no pueden cruzar por donde les apetece y porque no hay señalización que advierta del comienzo de las obras en cada calle. Un vecino de la zona se llevó un buen susto al encontrar una apisonadora donde pocas horas antes había dejado aparcado su coche.

La policía municipal asegura que se colocan carteles dos días antes de que lleguen las máquinas, pero que la gente los cambia de sitio o, simplemente, los ignora. En ese caso, la grúa traslada los coches aparcados en la calle que se va a asfaltar a alguna cercana, sin coste alguno para el propietario. El servicio de retirada de vehículos informa del paradero de los coches que hayan sido retirados para permitir el trabajo de reasfaltado.

Otra de las preocupaciones de los vecinos es la duración del nuevo pavimento. Aunque el Ayuntamiento no concede permiso para hacer calas en las calles hasta dos años después del último asfaltado, las frecuentes averías en la red de agua del Canal de Isabel II obligan a abrir zanjas aunque aún esté fresco el alquitrán.

La inversión en el asfaltado de la ciudad ha ido decreciendo desde 1989, fecha de la primera Operación Asfalto con el Partido Popular en el gobierno municipal. Ese año se gastaron 1.300 millones de pesetas, que el Ayuntamiento financió con el superávit de 1.500 millones de 1988. Al año siguiente se invirtieron 200 millones menos, y en 1991, sólo 654.

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