Los políticos vascos muestran su desánimo tras el último atentado

Los dirigentes políticos vascos expresan estos días su desánimo tras el asesinato, el pasado lunes, de los guardias civiles José Manuel Fernández Lozano y Juan Manuel Martínez Gil, en la medida en que el atentado acredita el fracaso de las iniciativas promovidas formalmente por el PNV en busca de una salida dialogada para la violencia.

El fracaso de las gestiones políticas, complementarias de la más seria ofensiva policial llevada a cabo en la historia de ETA, abre un paréntesis de incertidumbre y cierra, siquiera temporalmente, un periodo de gestos, iniciado con el acuerdo sobre la autovía del Leizarán, dirigidos a facilitar la integración de Herri Batasuna y el abandono definitivo de la violencia. "A partir de ahora, no podemos seguir alimentando la idea de lánegociación", ha dicho Ramón Jáuregui, secretario genaral del PSE-PSOE.El hecho de que la organización terrorista no haya querido esperar, al 1 de setiembre, fecha en la que el PNV pensaba pedir al Gobierno central el establecímiento del contacto físico con los activistas confinados en Santo Domingo, ha sumido en el desconcierto a quienes creían en la existencia de una tregua tácita. Joseba Egibar, portavoz del PNV, y uno de los interlocutores de las conversaciones con HB, ha afirmado que el atentado del lunes echa por tierra cualquier expectativa de solución dialogada. "Ellos lo han decidido así", ha indicado.

Sin embargo, tampoco el PNV parece decidido a cerrar todas las puertas a una reactivación del diálogo con HB. Todo hace suponer que han sido los postulados de KAS reflejados en su última ponencia -"la lucha armada es innegociable, el instrumento imprescindible hasta la consecución de la independencia"- los que se imponen en última instancia en ETA y HB.

Expertos policiales creen que la organización terrorista sigue estando descabezada y que el atentado del lunes, que algunas fuentes atribuyen, sin excesiva convicción, al propósito del comando de Guipúzcoa de "vengar" la muerte, hace un año, de los activistas muertos en un enfrentamiento en el barrio donostiarra de Morlans, es la reacción clásica de aquéllos que quieren cortacircuitar una salida que consideran claudicante.

El comunicado de ETA del pasado martes, una reiteración del difundido el pasado 10 de julio, subraya la exigencia de la negociación política para obtener el derecho de autoderminación y el resto de los puntos de la denominada alternativa KAS. En el escrito, que f`maliza con la actualización de la amenaza -"ETA mantendrá todos sus frentes abiertos", insiste como en anteriores ocasiones- se reivindican los atentados con explosivos llevados a cabo en diversas capitales italianas.

Xabier Markiegi, dirigente de Euskadiko Ezkerra, indicó ayer que el último texto de ETA resume la misma retórica fascista delanterior comunicado y propuso volver a la, firmeza del Pacto de Ajuria-Enea y no dar "más balones de oxígeno a los violentos". Carlos Garaikoetxea, presidente de Eusko Alkartasuna (EA), ya ha dicho que no negociará con HB con "muertos sobre la mesa", mientras Euskal Ezkerra (EUE), grupo escindido de EE, ha indicado que, pese a todo, está dispuesta a entablar un diálogo con HB.