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MÁLAGA

La pasión de Curro

Antonio Lorca

¿Es la pasión de Curro o la pasión por Curro? ¿O, quizá, la pasión que padece la afición con Curro? De todo debe de haber. La verdad es una combinación que hace de Curro un mito viviente, simbiosis de amor y odio, protagonista siempre.En Málaga sienten pasión por Curro Romero. Pero es pasión efímera y ruidosa tanto en las alegrías como en las penas. Hay que ver el amor desenfrenado -Dios mío de mi alma- con que fue recibido cuando salió al ruedo, y la bronca que se armó durante la lidia del cuarto. La verdad es que todo fue como muy exagerado e injusto. Curro no engaña a nadie, y menos a los malagueños, a los que ha deleitado con grandes tardes. Curro no tiene dobleces. Es como es. Cómodo, huidizo, genial...

Puerta / Romero, Martín, Aparicio

Seis toros de Diego Puerta (el cuarto, sobrero, en sustitución del primero, inválido), muy flojos y mansos. El cuarto, un buey deslucido. Curro Romero: casi entera baja, tres descabellos (pitos); pinchazo, bajonazo, estocada perpendicular, dos descabellos (bronca). Pepe Luis Martín: casi entera baja, un descabello (dos vueltas); estocada muy baja (palmas). Julio Aparicio: pinchazo hondo y estocada (ovación); estocada (silencio). Plaza de Málaga, 16 de agosto. Más de tres cuartos de entrada.

Devolvieron el primer toro por manifiesta invalidez. Curro prefirió que corriera el turno. Y cuando salió el cuarto, se supo el motivo de tal decisión: un toro fuera de tipo, gordo, vasto y basto, que fue manso, deslucido y desarrolló peligro. ¿A quién le debe extrañar que a Curro no le gustara, si no le gustaba a nadie? Lo masacraron en varas ante la protesta general, y Romero le quitó las moscas con las precauciones propias del caso. Pero la gente se lo quería comer. El ruedo se llenó de almohadillas mientras Curro trataba de quitarle la vida al toro. Cayeron botellas llenas de agua, latas de refrescos y toda la gama de insultos que figuran y no figuran en el diccionario. Una exageración de bronca. Y eso que estuvo decidido en su primero, pero no se mantenía en pie -el animal- y Romero abrevió. Al final, las pocas almohadillas que quedaban en los tendidos se la tiraron con safia al camero. Salió la Fuerza Pública para de protegerlo y el torero despreció olímpicamente la ayuda. Así es Curro, y así, ruidoso, es su amor con Málaga.

Por cierto, ¿con qué criará Diego Puerta sus toros? Difícilmente se van a volver a ver toros más inválidos que los que ha enviado a Málaga. Impropios de un ganadero.

Pepe Luis Martín sustituyó a Rafael de Paula y tuvo la oportunidad de dar la campanada. No le fue posible. Dibujó el toreo en su primero con capote y muleta: lances lentos, templados y cadenciosos, y no consiguió trofeo porque no mató como los toreros. Se desinfló y no fue capaz de plantarle cara al deslucido quinto. Él sabrá lo que hace.

Aparicio quiso, pero no le acompañaron sus toros. Porfión y pesado, nada pudo hacer con el inválido tercero ni con el deslucido sexto.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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