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El Gobierno espera que la presión de la ONU evite el envío de tropas españolas a Bosnia

El Gobierno español confía en que la amenaza del Consejo de Seguridad de la ONU de usar la fuerza para garantizar la ayuda humanitaria en Bosnia haga por sí sola innecesario enviar a los Balcanes tropas españolas. El ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, indicó ayer que el Ejecutivo cree que no hay que intervenir militarmente "en este estadio del conflicto", pero dejó la puerta abierta a hacerlo en un futuro, según se desarrollen los acontecimientos. "En cualquier caso", añadió, "España cumplirá con todos los compromisos que tiene adquiridos y con todos los que puedan surgir".

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El titular de Exteriores mostró en una conferencia de prensa en la sede de su departamento "la acogida positiva" del Gobierno a las resoluciones 770 y 771, adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la noche del jueves en un intento de parar la matanza en que se ha convertido la guerra civil en Bosnia-Herzegovina. Sobre la primera de ellas, que permite usar "todos los medios necesarios", incluída la fuerza, "en coordinación con las Naciones Unidas", para conseguir el reparto de ayuda humanitaria a las ciudades acosadas por tropas serbias, Javier Solana puso de relieve lo que él mismo denominó su "Iógica disuasoria": la esperanza de que la amenaza de emplear la fuerza haga innecesario usarla."Las partes implicadas", añadió el ministro, "deben tomar conciencia de que la comunidad internacional está dispuesta a utilizar todos los medios para que la ayuda humanitaria pueda llegar adonde tiene que llegar". Y precisó más adelante: "Abrir esa puerta para la utilización de la fuerza debe significar que esa puerta no deba ser franqueada nunca porque no sea necesario hacerlo".

Tres líneas de acción

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Solana detalló las tres líneas de acción de una posible intervención militar internacional, "siempre bajo la coordinación de Naciones Unidas", y las respuestas que España podría dar en cada caso:

1) La intensificación con los mismo recursos del bloqueo naval, decidido por la Unión Europea Occidental (UEO) y la OTAN y en el que por parte española interviene la fragata Extremadura, para lo cual "no se necesitaría fuerza adicional alguna, tanto de buques como de sus tripulaciones".

2) El control del armamento pesado de los contendientes, misión para la que España ha ofrecido a la UEO el envío de los 20 oficiales y del material técnico necesario que el organismo europeo le ha reclamado.

3) La escolta a los convoyes con ayuda humanitaria para las ciudades bosnias acosadas, que en este momento "están marchando con mayor facilidad que hace tres días", según el titular de Asuntos Exteriores. España cooperará en los planes que en esta cuestión están elaborando la Unión Europea Occidental, la Alianza Atlántica y la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) y que, previsiblemente, se perfilarán en la reunión que la UEO celebra el próximo día 24 en Roma.

El ministro recalcó que cualquier intervención militar española en la zona será con efectivos profesionales y voluntarios, nunca tropas de reemplazo, salvó los marineros que ya están cumpliendo su servicio militar en la fragata Extremadura. Una intervención en Bosnia sería mucho más compleja y peligrosa que la guerra del Golfo, reconocen fuentes diplomáticas.

Respecto a la resolución 771, que obliga a permitir el acceso inmediato de la Cruz Roja a todos los campos de prisioneros, Solana recordó que la CE tomó ya una resolución similar el pasado 20 de julio y expresó su "profundo desprecio" por las deportaciones de población civil con finalidades de limpieza étnica.

El jefe de la diplomacia española hizo hincapié en que la crisis en la antigua Yugoslavia "sólo puede tener una solución definitiva desde una perspectiva política", ya que es una crisis compleja que congrega problemas de carácter territorial, étnicos y religiosos.

El ministro, que se ha mantenido estos días en contacto permanente con Felipe González, con el vicepresidente Narcís Serra y con el titular de Defensa, Julián García Vargas, mostró su confianza en que la conferencia que mantendrán a finales de mes todas las partes en conflicto en Londres sirva para dar un paso adelante en la resolución de la guerra civil. "Pero tampoco hay que pecar de ingenuo", admitió el ministro. "No estamos tratando sólo de evitar la guerra, sino que debemos ser capaces de construir un paz duradera".

Mientras, un avión Hércules T-10 partió ayer por la mañana de la base aérea de Zaragoza hacia Zagreb en misión humanitaria, informa Javier Ortega. El aparato, con una tripulación de ocho personas al mando del comandante La Cruz, realizará dos vuelos diarios, hoy y mañana, entre la capital croata y Sarajevo con medicamentos y víveres.

[Un grupo de objetores de Burgos, por otra parte, tiene previsto viajar el próximo mes de septiembre a Croacia para trabajar en campos de refugiados bosnios, montados por el Centro por la Paz y Derechos Humanos de Zagreb, informa Miguel Calvo].

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