Dos ladrones desafían el despliegue de protección de Major y atracan un banco en Candeleda

Dos atracadores desafiaron ayer el fuerte despliegue policial montado en la localidad abulense de Candeleda para velar por la seguridad del primer ministro británico, el conservador John Major, que se encuentra en este lugar de vacaciones. Los delincuentes lograron llevarse un botín de entre uno y cuatro millones de pesetas de una oficina bancaria de Banesto. Los ladrones consiguieron burlar el dispositivo de seguridad, y la policía no pudo ayer determinar si huyeron a pie o en vehículo. Los atracadores, dos jóvenes vestidos con prendas deportivas y con la cara descubierta, entraron sobre las 9.30 de la mañana en la sucursal de Banesto y amenazaron con un revólver a los trabajadores y a los clientes, a quienes encerraron en uno de los lavabos de la entidad. Los dos ladrones aprovecharon que el cajero automático había sido cargado minutos antes para llevarse una cantidad comprendida entre uno y cuatro millones de pesetas, según distintas fuentes.La Guardia Civil ha establecido controles en la localidad y en las carreteras próximas, sin que a última hora de ayer se hubiera podido localizar a los autores del robo. Según el Gobierno Civil, no hubo testigos de la fuga, y la policía desconoce de qué modo huyeron los atracadores. Los controles de seguridad se han extendido a las provincias limítrofes de Cáceres y Toledo.

"Este tipo de atracos no se suelen dar generalmente en la provincia", asegura el gobernador civil de Ávila, Carlos Vacas. Los vecinos del pueblo se encuentran bastante sorprendidos por la audacia de los atracadores, que no dudaron en desafiar al dispositivo de seguridad montado en torno a Jonh Major. Carlos Vacas consideró el robo en Candeleda como "una coincidencia de unos atracadores bastante imprudentes".

La dotación de la Guardia Civil en Candeleda, que se ve normalmente ampliada durante el verano por la afluencia de veraneantes, se ha incrementado durante esta semana para garantizar la seguridad del primer ministro británico. A los efectivos de la Guardia Civil de pueblos limítrofes hay que sumar los miembros de la propia seguridad de Major, que controlan los alrededores de la finca donde éste descansa. Según el gobernador civil el aumento de agentes de seguridad "no afecta para nada al pueblo, porque no es una cosa aparatosa". Los policías se encuentran distribuidos por los alrededores del pueblo y de la finca, sin que sea fácil detectar en Candeleda su presencia.