El Papa veta las alusiones a los asesinatos de Romero y Ellacuría en la cumbre de obispos latinoamericanos

El documento de trabajo de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se inaugurará el próximo 12 de octubre en Santo Domingo (República Dominicana), coincidiendo con el V Centenario del Descubrimiento, ha sido ya aprobado por el Vaticano. Sin embargo, la jerarquía de Roma ha censurado de este documento las alusiones a los asesinatos del arzobispo Óscar Arnulfo Romero y de los seis jesuitas de la Universidad Centroamericana de San Salvador, entre ellos Ignacio Ellacuría, ocurridos en 1980 y 1989, respectivamente, según informa la agencia italiana de noticias católica Adista.

Los textos previos a la elaboración del documento de consulta revisado por el Vaticano ya aludían a los mártires. "El camino recorrido desde el Vaticano II, Medellín y Puebla manifiesta una vida eclesial en marcha que hunde sus raíces en el Evangelio, que trata de responder a los desafíos actuales y por la que han entregado su sangre innumerables mártires de la fe, la justicia y la solidaridad, algunos de cuyos nombres se han recogido en el martirologio latinoamericano de estos 20 años", dice el primer texto, que recoge en síntesis los temas de la IV Conferencia General de Santo Domingo.Este encuentro ha tenido sus precedentes en Río de Janeiro (Brasil, 1955), Medellín (Colombia, 1968) y Puebla (México, 1979).

Este documento fue distribuido entre las conferencias episcopales latinoamericanas y órdenes religiosas. Fruto de sus aportaciones es la mención explícita a los asesinatos del arzobispo Romero y de los seis jesuitas, entre ellos Ignacio Ellacuría, recogidas en un documento posterior. Este texto, conocido como Segunda relatio, sirve de base para la elaboración del instrumento de trabajo de la Conferencia General de los Obispos de América Latina aprobado por el Vaticano.

Mártires

En la Segunda relatio, a la que ha tenido acceso este diario, se recuerda que el 25 de marzo de 1980 "toda la Iglesia y la opinión mundial se estremecieron con el horrible asesinato del arzobispo de El Salvador, óscar Arnulfo Romero, quien, celebrando la misa, cayó acribillado a balas, mártir del ministerio episcopal por su función profética".

El texto continúa sefialando que, casi diez años después, durante la noche del 16 de noviembre de 1989, y en la misma ciudad de San Salvador, "seis padrés jesuitas de la Universidad Centroamericana, junto con dos empleadas de la casa, fueron masacrados a mansalva en su residencia por soldados durante el toque de queda".

"La noticia", continúa el documento, "de nuevo causó conmoción mundial: ellos murieron por su compromiso sacerdotal y religioso con la justicia y el respeto a los derechos humanos y por su opción ministerial con los jóvenes y los pobres". La Segunda relatio considera que "estos hechos denotan, junto a muchos otros ejemplos, que nuestra Iglesia en América Latina, durante estas últimas décadas, se ha convertido en una Iglesia de mártires y perseguidos".

La Segunda relatio recuerda la pléyade de mártires asesinados": obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, laicos, campesinos y obreros. "Muchos otros", añade, "han sido calumniados, secuestrados, torturados, exiliados".

La novedad histórica de esta persecución, indica el documento, la constituye su contexto, "pues se realiza en el ámbito del mundo occidental cristiano y por quienes se proclaman defensores de esta cultura y aun de los principios cristianos".

Todo esto sucede, según se indica en la Segunda relatio, "porque las diversas idolatrías opresoras del continente, denunciadas en Puebla, han percibido una gran amenaza en la Iglesia a partir de Medellín y Puebla, y han tratado de contrarrestarla de diversas formas".

Sectas

Entre ellas destaca "la difusión y financiamiento de sectas que propugnan una religiosidad espiritualista y no comprometida, con la propiciación de un cristianismo liberal e individualista y también con el ataque directo y la persecución". "Es así como la Iglesia en la realidad de América Latina, fiel a su fe en el Dios de la vida y a su misión de salvación y liberación, da testimonio en la persecución y el martirio", concluye este apartado.