Bagdad permite trabajar a los inspectores de Naciones Unidas
La misión de expertos militares de la ONU que llegó el viernes a Bagdad para supervisar el desmantelamiento del arsenal militar iraquí concluyó ayer su primer día de trabajo sin que se produjera ningún nuevo conflicto con Irak. Los inspectores, a los que se ha prohibido el acceso a las sedes de los Ministerios, estaban satisfechos con el modo en que se había desarrollado la jornada. Fuentes diplomáticas occidentales estiman que el caso se está convirtiendo en un juego del raton y el gato, en el que Irak sería el felino."Ha sido un día de inspección. Eso es todo", declaró Nikita Smidovich, responsable del equipo de 22 hombres, al regresar a su hotel. "Estuvimos donde queríamos estar". Cuando se le preguntó si los inspectores habían visto lo que pretendían, respondió: "Sí".
Smidovich y sus compañeros salieron del hotel en Bagdad en siete vehículos todoterreno escoltados por ocho coches y camionetas y un vehículo de la policía.
Algunos de los automóviles todavía llevaban huellas de la pintura con que habían sido embadurnados por seguidores del presidente Sadam Husein. La policía iraquí revisó atentamente los bajos de los vehículos en el aparcamiento del hotel, antes de que éstos emprendieran su marcha.
EE UU ha reiterado que apoyará una nueva intervención contra Irak si Bagdad insiste en no cumplir las resoluciones de la ONU por las que se puso fin a la guerra. El permiso de Irak para esta nueva misión había hecho decaer la tensión, que volvió a estallar el pasado jueves con las desafiantes declaraciones del ministro de Información iraquí, Hamed Yusef Hammadi, quien afirmó que tampoco esta vez se permitirá a los expertos de la ONU el acceso a ningún recinto gubernamental.
