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Las indemnizaciones por baja voluntaria duplican el coste anual de un puesto de trabajo

Los ajustes de plantilla salen, por término medio, un 25% más caros que mantener el empleo. Ese coste es especialmente elevado cuando el ajuste se hace por baja voluntaria, pues las indemnizaciones en estos casos casi duplican el coste anual de un puesto de trabajo. Y las bajas voluntarias son las que más pesan en términos globales, pues la mitad de los costes que asumen las empresas por reducciones de plantilla obedecen a ellas; una tercera parte, a jubilaciones anticipadas, y el resto, a regulaciones de empleo. Estos datos aparecen en un estudio sobre la negociación colectiva en las grandes empresas en 1991 elaborado la Dirección General de Política Económica, integrada en la Secretaría de Estado de Economía.

El coste de los ajustes de plantilla es uno de los indicadores sobre la evolución del empleo en las grandes empresas españolas (las que tienen más de 200 trabajadores empleados) que destaca la Dirección General de Política Económica en su estudio. El motivo es que en 1991 comenzó la destrucción de empleo en las grandes empresas. Estos recortes de plantilla se cebaron en los trabajadores manuales, pues la contratación de estas empresas aumentó entre los clasificados como técnicos y -aunque de forma más moderada- entre los administrativos.El recorte de plantillas fue especialmente acusado en las empresas industriales y, en general, en todas las que cerraron con pérdidas. A cambio, las empresas de los sectores de la construcción y los servicios siguieron aumentando el año pasado sus plantillas un 1,7% y un 1,3%, respectivamente. En comparación con el nivel de contratación de 1988, ese aumento ha sido del 35% en las empresas contructoras y del 9% en las de servicos.

Negociación colectiva

La destrucción de empleo en las grandes empresas afectó poco, en términos globales, a los aumentos salariales pactados en convenio el año pasado, según el estudio de Economía. La negociación colectiva se saldó con un incremento salarial medio del 7,7% y una disminución de la jornada del 0,3%.

Las empresas con beneficios pactaron ese 7,7% y una reducción de la jornada del 0,2% y las que tuvieron pérdidas con un 7,6% pero un recorte de la jornada del 0,6%. Esta disminución de las horas trabajadas lleva a que el coste laboral medio en las empresas con pérdidas aumentó más (un 9%) que en las que tuvieron beneficios (un 8,5%).

La deriva salarial -o diferencia entre el aumento del coste laboral y el pactado en convenio- es mucho mayor en las empresas públicas que en las privadas. Esto se suma a que los aumentos pactados en convenio en las públicas son tamIbién mayores y que buena parte de ellas tienen pérdidas.

La subida pactada en convenio en las empresas públicas fue de un 7,9% con una reducción de jornada del 0,4% y en las privadas del 7,5% con un recorte ,de jornada del 0,2%. Los deslizamientos -antiguedad, reclasdificaciones y otros acuerdos- llevan el aumento de ese coste laboral en las públicas al 9,5% mientras que en las privadas queda en el 7,9%. Además -según los datos de este estudio- los ajustes de plantilla en las públicas se producen con más lentitud y dificultad que en las privadas, aunque también son menos activas en la contratación en los momentos de auge económico.

La plantilla global de las empresas públicas sólo disminuyó un 0,3% el año pasado, frente al 0,7% en las privadas. Esta evolución es simétrica a la que se produjo en 1989, el último año de expansión económica, pues entonces el aumento del empleo en las empresas privadas fue del 3,4% y en las públicas de sólo un 0,4%.

Conflictividad

Uno de los datos más destacables de la negociación colectiva en las grandes empresas durante el pasado año es el fuerte aumento de la la participación de los trabajadores en los conflictos que surgieron como medida de presión. Así, mientras que en 1989 sólo el 8,3% de la plantilla total de las grandes empresas se vio afectada por la conflictividad que puede surgir en la negociación colectiva, el año pasado ese porcentaje se elevó hasta el 19,8%.

En las empresas implicadas en esos conflictos el seguimiento superó a la mitad de la plantilla y el número de horas perdidas por empleado implicado en un conflicto se elevó hasta las 38. Si el cómputo se hace por el total de empleados, el año pasado se perdieron 7,5 horas por trabajador frente a las tres horas perdidas en 1990.

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