Científicos de seis países estudian la influencia de las nubes sobre el clima
Los científicos creen que la influencia de las nubes en la evolución de fenómenos como el calentamiento general de la Tierra, el llamado efecto invernadero, puede ser vital. Un equipo de 200 investigadores de EE UU, Alemania, Francia, el Reino Unido, Portugal y Holanda ha analizado los efectos de las nubes sobre el mar y la atmósfera.
Hasta ahora las investigaciones sobre el medio ambiente y el cambio climático no han ahondado demasiado en el estudio de las nubes, masas de gotas de agua suspendidas en la atmósfera, cuyos nombres más conocidos son cirros, cúmulos, estratos y nimbos.ASTEX o Experimento de Transición de los Estratocúmulos en el Atlántico, forma parte de FIRE, el primer experimento regional incluido en el Proyecto Internacional de Climatología y Medición de Nubes con ayuda de satélites (ISCCP, en sus siglas inglesas) que coordina la NASA. Los análisis se han efectuado en las islas de Santa María (Azores) y Porto Santo (Madeira), donde hay grandes concentraciones de nubes debido al famoso anticiclón de las Azores.
Los investigadores allí insta lados contaron con el apoyo de cuatro barcos, servicio de telecomunicaciones, satélites como Meteosat, Landsat o ERS-1, boyas marinas y balones de helio.
Estos últimos podían situarse a un kilómetro y medio de altura y penetrar en la nube para comprobar su estructura.
Con ASTEX tratamos de averiguar, por ejemplo, cómo modificará la temperatura de la Tierra el hecho de que ésta reciba menos radiación como consecuencia del efecto invernadero", señala Jordi Vilá-Guerau de Arellano, físico español que ha participado en el estudio junto a su colega holandés Peter Duynkerke. Ambos colaboran con el Instituto de Investigación Marina y Atmosférica, en Utrecht, uno de los 50 centros involuerados en el estudio.
Cambio de clima
Vilá apunta que la formación y ruptura de las nubes no suele aparecer en los modelos matemáticos empleados para evaluar los cambios de clima. "Ello se debe en primer lugar a las características propias de una nube y la dificultad para medirlas. Hay formaciones nubosas de 2.000 por 2.000 kilómetros que se trasladan, y al llegar a latitudes más bajas se rompen formando otras nubes. Son los llamados estratocúmulos. Si sube la temperatura terrestre y hay más vapor de agua porque aumenta la concentración de dióxido de carbono (CO2), habrá también más nubes. En ese caso, la radiación solar encontrará un obstáculo para llegar a la Tierra y, en algunas zonas, puede incluso enfriarla".Vilá se muestra muy cauteloso a la hora de hacer predicciones, pero sugiere que tal vez el calentamiento descrito por los actuales modelos matemáticos no sea al final tan grave.
"Puede que el efecto invernadero sea incluso compensado por la propia naturaleza", señala Vilá.
Los resultados del estudio serán valorados en noviembre.
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