"Los serbios deben devolver los territorios ocupados en Bosnia
Milan Panic, en los 15 días que lleva en el cargo de primer ministro de la nueva federación de Yugoslavia (formada por Serbía y Montenegro), ha pasado más tiempo en el extranjero que en Belgrado. Su tarjeta de visita es la de un hombre de negocios que hizo fortuna en Estados Unidos, país en el que ha vivido 36 años, y el apoyo que le brinda la comunidad internacional a su plan de paz. Promete incansablemente que en 100 días la guerra en Bosnia-Herzegovina habrá terminado y asegura: "Los serbios deben devolver los territorios ocupados en Bosnia".
FRANCESC RELEA Americanizado por los cuatro costados -mantiene la ciudadanía estadounidense, viaja rodeado de asesores de EE UU y se expresa mucho mejor en inglés que en serbo-croata-, Milan Panic, de 62 años, ofrece una imagen radicalmente distinta a la de cualquier líder político serbio. Unos le consideran un loco, otros un soñador y hay quien le critica un desconocimiento de la compleja realidad de los Balcanes. Aparece en estos momentos como una de las últimas esperanzas de alcanzar la paz. Asegura que los generales del Ejército yugoslavo se someten a sus órdenes -"soy el ministro de Defensa y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas"-, aunque al referirse a las fuerzas militares que combaten en Bosnia-Herzegovina, se cura en salud y dice: "Sarajevo no es Yugoslavia, ya que pertenece a un país independiente".
Panic no tiene ningún empacho en afirmar que "los serbios tienen que devolver los territorios ocupados", que "no necesitan más guerra" y que "nunca debieron ocuparlos".
Pregunta. ¿Cómo se puede llevar a cabo la devolución de los territorios que los serbios han ocupado en Bosnia-Herzegovina?
Respuesta. Se lo he explicado a sus líderes. He hablado con los generales. Le dije al general MIadic jefe de las fuerzas militares serbias en Bosnia-Herzegovina: "Cada vez que usted dispara, pierde. Cada cañón disparado por los serbios es otra derrota. Tenemos que devolver los territorios ocupados que no nos pertenecen." Sin duda, van a pasarlo muy mal al devolver estos territorios, pero no hay otra solución.
P. ¿Cuáles son las líneas maestras del plan de paz que ha propuesto a todas las partes en conflicto?
R. En primer lugar, todo el mundo está de acuerdo en que hay demasiadas armas, por lo que debe procederse a una desmilitarización. Hay que concentrar las armas. Sé perfectamente cuántas armas ligeras, cuántos cañones, cuántos tanques, cuántas piezas de artillería tiene cada bando en todo el territorio de Bosnia-Herzegovina. [Panic muestra un detallado mapa militar en el que se muestra el arsenal existente en la república]. El problema más grave lo constituyen los elementos irregulares. Conozco a cada uno de sus líderes. Hay que concentrar las armas en unos pocos puntos. Los serbios en Banja Luka, Daruvar, Biefflina. Para los musulmanes, Sarajevo, Zenica, Bihac, Gorazde y Tuzla. Para los croatas, Mostar, Travnik, Bosariski Brod... Tengo un detallado plan con el que los líderes mundiales están de acuerdo. Estoy convencido de que la mayoría de musulmanes, de serbios y de croatas quiere la paz. Lo que ocurre es que hay unos 1.200 bandidos que cada vez que se firma una tregua empiezan a disparar como locos.
P. ¿Y después de la desmilitarización?
R. He propuesto dividir Bosnia en tres partes. Una para los serbios, otra para los musulmanes y otra para los croatas. Sería una división provisional, para garantizar la seguridad de sus habitantes. Luego, cuando recuperen la confianza mutua, podrán regresar a sus hogares. Y habrá que convocar elecciones. Sabe lo que le dije a Izetbegovic: "Si celebras elecciones, las perderás, amigo mío." La gente no quiere a un presidente que le ha llevado a la guerra civil.
Recomponer Yugoslavia
P. ¿Cree usted que Slobodan Milosevic [presidente serbio] es un obstáculo para su plan de paz?
R. No presto demasiada atención a esta cuestión. Yo hago mi trabajo y él el suyo.
P. ¿Cuál es la diferencia en sus trabajos?
R. Milosevic es un político y yo intento recomponer Yugoslavia. El está muy implicado en la política interna. Yo no he sido elegido, no necesito los votos. Aunque todo el mundo me votaría. Nunca me había dedicado a la política ni jamás he concurrido a unas elecciones y, sin embargo, desde la Iglesia a la Universidad, estudiantes y profesores, hombres de negocios y líderes de la oposición, es decir, aquellos que se oponen a Milosevic, están conmigo.
P. ¿Considera usted que Milosevic es el principal responsable de lo que está ocurriendo en lo que fue Yugoslavia?
R. He dicho públicamente que todos ellos provocaron la situación actual. No sólo Milosevic, sino también Tudjman [presidente de Croacial, Izetbegovic [Bosnia-Herzegovina] y Kucan [Eslovenia]. Todos son responsables. El único que ha conseguido manejar la situación con gran habilidad ha sido el presidente de Macedonia, Kiro Gligorov. Nadie ha muerto allí. No, escriba esto, porque son capaces de empezar a disparar mañana.
P. ¿Pretende usted aplicar una democracia política en una economía de mercado siguiendo al pie de la letra el modelo norteamericano?
R. Es el único modelo que conozco y, por cierto, no es tan malo. ¿Qué prefiere, el modelo español? Creo que en mi país hay buenos ingenieros, buenos médicos y buenos intelectuales. Sólo nos faltan buenos economistas, ya que han sido educados bajo el social-marxismo. No saben cómo aplicar el capitalismo, por lo que necesitan una reeducación.
P. ¿Teme usted una intervención militar extranjera en Bosnia-Herzegovina?
R. Todos los líderes mundiales están en contra de una intervención extranjera. Ahora bien, creo que la amenaza de una intervención militar es fantástica.
P. ¿Para quién?
R. Para todo aquel que quiera combatir. Y no se puede hablar de un único bando. Todos están matando.
P. ¿Considera usted que en Bosnia-Herzegovina serbios, musulmanes y croatas tienen el mismo grado de culpa por lo que está ocurriendo?
R. Filosóficamente sí. Los más interesados en la guerra no son los serbios, porque ya controlan dos tercios de todo el territorio. Lo que ocurre allí es absolutamente increíble. Los francotiradores que disparan contra aquello que se mueve. Están locos. Aquella gente no necesita armas, sino psiquiatras. La única solución es convencerles de que no hay ninguna razón para continuar combatiendo.
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