Infancias paralelas
Manuel Fraga y Fidel Castro tienen infancias paralelas. El padre de Fraga fue contemporáneo al de Castro en la emigración española a Cuba posterior a la guerra de la independencia.Los dos fueron engendrados en la isla caribeña. Castro nació allí pero a Fraga su madre lo parió en Villalba (Lugo). A Fraga se le saltaron el año pasado las lágrimas cuando conoció la casa de sus padres en Cuba. A Castro nadie lo ha visto llorar nunca, por lo que es muy posible que, ni imbuido en el más profundo recuerdo familiar, Galicia tenga el privilegio de conocer por primera vez otros supuestos sentimientos en su rostro de hombre de dura mirada.
Angel Castro y Argiz, padre de Fidel Castro, nació en Láncara, un pequeño pueblo a 20 kilómetros de Lugo y que hoy visitará el líder cubano. Ángel Castro fue soldado-telegrafista del Ejército colonial y, terminada la guerra, regresó de nuevo a Cuba, compró una finca en Birán (Oriente) y se dedicó a la plantación de caña y a la cría de ganado.
La casa natal de Fidel Castro fue levantada en el más puro estilo gallego, sobre pilotes para guardar el ganado en la planta baja. Años más tarde -Castro nació en 1926-, el padre del líder cubano llegó a ser un holgado propietario en Cuba con una finca de 10.000 hectáreas. En Láncara, donde Fidel tiene aún dos primas, se cuenta que el padre de Castro, a su vuelta de Cuba tras la guerra, le jugó a las cartas unas propiedades al más rico del concejo, ganándole. Pero le condonó la deuda a condición de que cada vez que regresase de Cuba la familia del perdedor estuviera obligada a darle cobro y alimento.
Angel Castro nunca volvió, por lo que su hijo Fidel si tiene algo seguro y bajo juramento en Láncara es que allí siempre habrá alguien que tendrá para él una cama, un buen vaso de vino del país, pan de Cea y pulpo. Su padre se lo dejó todo arreglado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.