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Alemania echa el freno sobre la convergencia de los Doce

La subida de 0,75 puntos en los tipos de interés decidida el jueves por el Bundesbank puede que sea buena para Alemania pero es mala para el resto de los Doce. "Supone un nuevo corsé que agravará la crisis de crecimiento que atraviesa la CE y pone de manifiesto, una vez más, la dictadura monetaria que ejerce el marco dentro del Sistema Monetario Europeo", comentó ayer un experto comunitario. El encarecimiento del precio del dinero echa el freno de mano al proceso de convergencia de las economías de cara a la moneda única. Si 1991 fue "un año perdido", según el informe económico publicado hace unos meses por la Comisión Europea, 1992 será aún peor y marcará un claro retroceso frente al objetivo de la unión monetaria marcado por la CE.Desde 1986 hasta el tercer trimestre de 1991 los Doce vivieron un período de esplendor económico que los analistas interpretaron como un fenómeno de anticipación a los efectos beneficiosos del mercado único de 1993. En esa euforia, la CE decidió completar su, integración económica con el objetivo de la moneda única para 1997 o, lo más tarde, 1999. La crisis se ha interpuesto entre los Doce y la unión europea no avanza.

El marco es el rey monetario de los Doce. Dentro del SME se beneficia de un sistema en el que la obligación de no superar los márgenes de fluctuación de las monedas beneficia siempre a la divisa más fuerte y a la economía con mayor estabilidad de precios. La unión monetaria europea impedirá la ley del más fuerte y, como dice el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, servirá para "compartir la soberanía monetaria de los Doce". Por eso en Alemania, país que exigió la contrapartida de la unión política para poder ampliar a través de la CE su peso Internacional, se oyen voces en contra de la moneda única.

La decisión del Bundesbank se produjo además sólo tres días después de que los ministros de Economía de los Doce se pusieran de acuerdo en Bruselas en que la prioridad para dar aire a una economía deprimida era precisamente reducir el precio del dinero. Las autoridades alemanas han hecho justamente lo contrario de lo que se necesita para llevar a buen puerto la moneda única.

La crisis, afirma un experto, "tendrá una incidencia sobre la reforma presupuestaria de la CE y sobre el calendario para la moneda única que acaso sólo pueda ser posible en 1999". Entonces habrá que ver cuántos de los Doce están preparados para ello. Y si por culpa de la coyuntura se rebajan los compromisos de aumentar los fondos de cohesión, los países más pobres, tendrán todavía más duro el proceso de convergencia.

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