Un sombrero sin cabeza
La oferta de los canadienses empezó con un debilísimo ballet de Morris, un seguidor de las excentricidades de Twyla Tharp, pero sin su inventiva, que intenta acercarse al ballet de concepto sinfónico con elementales ejercicios de cuarto año de carrera.Lo mejor bailado de la noche, y también como creación llegó con Na floresta, otro Duato de serie, bien facturado y donde los bailarines, de un nivel medio a bajo, estuvieron más sueltos y cómodos. Nacho Duato vuelve a Kilian literalmente a través de las fórmulas y combinaciones de siempre, articuladas esta vez a tiempo de bossa nova. En sus obras recientes el valenciano camina hacia una reafirmación estilística con una peligrosa repetición de estructuras.
Les Grands Ballets Canadiens
Paukenschlag: Morris / Haydn; Ederlezi: Naisy / Bregovie; Na floresta: Duato / Assis Brasil, Wagner Tiso y otros; El sombrero de tres picos: Massine, / Falla. Teatro de La Zarzuela, Madrid. 15 de julio.
Muy esperado este Sombrero, y a tal expectación, tal fiasco. Sobre la polémica del traslado del Guernica, se suma la gravedad de la violencia ejercida por el diseñador de turno sobre los originales de Picasso. Desde la desaparición de la compañía de Diaghilev, la obra permanece en repertorio. Primero fue el Coronel de Basil (1934), después Montecarlo (1938) y en 1943 el Ballet Theatre de Nueva York. Actualmente tienen en repertorio esta obra el Joffrey (1969), las óperas de Viena (1964) y París (1992) y el English National Ballet (1973) y Teatro de La Scala (1957). También los ballets nacionales de España y Cuba poseen producciones con los diseños de Picasso y coreografía de José Antonio. En todos los casos anteriores, menos París, el propio Massine participó en los montajes, muchas veces ayudado por su hija Tania. Antonio Ruiz Soler, por su parte, en 1974 hizo su propia versión sobre la original y conservando algunos fragmentos.
Han faltado siete días para que el debú madrileño de este. Sombrero apócrifo (nadie firma la comprometida reposición) fuera a los 73 años exactos del estreno londinense de 1919, y en la sala estaban varias personas que. habían trabajado personalmente con Massine (Pilar López, Alicia Alonso).
Lo visto es una usurpación bochornosa (en parte perpretada con dinero público español), que no tiene por dónde ser justificada. Concédase finalmente la duda a la leyenda. A lo mejor Tamara Karsávina, cuando estrenó el ballet tampoco tenía mucha idea de lo que era una vuelta de pecho o un desplante, pero, tal como apunta Buckle a raíz de aquel Sombrero, la frase de Jean Cocteau, "más auténtico que lo auténtico", viene a colación.
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