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"Sólo nos queda morir", dicen los inmigrantes expulsados de Melilla

"Nosotros seguimos aquí, a la espera de una solución. No tenemos nada que perder, sólo morir". Así piensa la mayoría de los 60 inmigrantes centroafricanos que viven desde hace días en tierra de nadie, entre Melilla y Marruecos, bajo la atenta mirada de la Guardia Civil y de los gendarmes marroquíes. España y Marruecos se niegan a admitirlos.Algunos, como el camerunés Dadi Romeu Inkoko, han sido expulsados desde la Penísula a Melilla, y posteriormente a Marruecos. La mayoría no entiende por qué no se les deja entrar en ninguno de los dos países. Demandan una respuesta a su situación e insisten en que sus papeles los tiene la policía española y, por tanto, no pueden regularizar su situación. Mientras tanto, esperan pacientes la llegada de las tres de la tarde, hora en que Caritas les da agua y comida.

De los 60 emigrantes que sobreviven entre las dos fronteras, 50 lo hacen en la de Farhana, y cuentan con colchones viejos y mantas. Los que quedan en la frontera de Beni-Enzar se tienen que conformar de pie casi todo el día debido a la actividad comercial del paso, y dormir a la intemperie por la noche.

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