El equipo médico que atiende al Papa no excluye una intervención quirúrgica hoy o mañana
PERU EGURBIDE Juan Pablo II fue sometido ayer por la tarde a una serie de pruebas, que incluyeron radiografias de contraste, escáner y ecografía, para diagnosticar el origen y la terapia adecuada a la afección abdominal que de terminó su hospitalización el pasado domingo. Una prueba de resonancia magnética está prevista para hoy. Un médico del equipo que le atiende en el policlínico Gemelli descartó que el Papa sufra una oclusión intestinal y calificó su estado de "no agudo", aunque no excluyó la posibilidad de una intervención quirúrgica que otras fuentes hospitalarias estimaron casi segura.
De hecho, a Karol Wojtyla se le practicaron ayer por la mañana los análisis de sangre y orina y el electrocardiograma habituales para los pacientes que deben ser operados. La intervención, según las fuentes que creían en esa posibilidad, podría ser realizada hoy o mañana y daría lugar a la primera información oficial sobre la situación de la salud del Pontífice.Varias de las pruebas a que fue sometido ayer el Papa se utilizan habitualmente, pero no exclusivamente, para la diagnosis de procesos cancerosos. Fuentes no oficiales indicaron, en cambio, que la afección que padece el Papa sería consecuencia de la formación de ciertas adherencias en su intestino, proceso que podría tener relación con las dos operaciones que se le practicaron hace 11 años, cuando sufrió un atentado.
[El doctor español Francesc Vilardell que participó en la operación a que fue sometido el Papa tras recibir, entonces, los disparos del turco Ali Agca, hizo ayer unas declaraciones a Radio Nacional de España en Madrid en las que mantiene también la opinión de que la actual afección puede ser una secuela de las heridas sufridas 13 de mayo de 1981].
Corrado Manni, el médico que anestesió a Juan Pablo II en 1981 y que también ahora forma parte del equipo que le atiende, considera, sin embargo, poco probable que los males actuales del Papa sean una consecuencia tardía de aquella otra operación.
Moderada urgencia
Manni precisé que "su patología no puede definirse en absoluto como aguda ni se puede hablar de bloqueo intestinal, en cuyo caso la operación hubiera sido indispensable e inmediata". Parece claro, sin embargo, que la hospitalización del Pontífice tuvo carácter de moderada urgencia, ya que, según noticias oficiosas, habría sido decidida el viernes, 24 horas después de que comenzaran los reconocimientos médicos del paciente en la propia Ciudad del Vaticano.
El Papa, que no puede delegar su poder ni siquiera en caso de enfermedad debido al origen divino que la, Iglesia atribuye a sus potestades, hubo de resolver ayer algunos asuntos desde su reposo hospitalario. Así, recibió al prelado Domenico de Luca, oficial de la Secretaría de Estado responsable del protocolo, y al cardenal vicario de Roma, Ugo Poletti, quien dijo haber encontrado al Papa "muy sereno".
El vicario ha previsto oraciones especiales por. la salud del Papa en todas las iglesias de Roma, según una fórmula que recoge las dos alocuciones a Jesucristo y la Virgen. hechas por el propio Juan Pablo II en la mañana del pasado domingo, cuando anunció personalmente que ingresaría en el hospital por la tarde.
El papa Juan Pablo II pasó con tranquilidad la boche del domingo, y ayer se despertó bien, según noticias no oficiales, en la habitación que ocupa en la planta décima del sector de pago de la clínica de la Universidad Católica de Roma, que es el policlínico Gemelli, en donde ingresé el domingo.
En dos habitaciones contiguas, acompañan en todo momento al Pontífice su secretario privado, el padre Stanislao, y la hermana Tobiana, la monja que se ocupa de sus apartamentos en el Vaticano. Ambos son polacos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.