Otra falsa oportunidad

Pérez / Norte, Rodríguez, Punta

Cinco toros de Antonio Pérez, bien presentados, mansos y flojos. 41, sobrero de Ortigao Costa, (en sustitución de uno del hierro titular devuelto por inválido), manso, reservón y peligroso. Julio Norte: dos pinchazos y estocada desprendida (ovación); medía tendida y tres descabellos (palmas). Miguel Rodríguez: pinchazo sin soltar y estocada (ovación); metisaca, pinchazo hondo, estocada tendida trasera y dos descabellos (ovación con algunos pitos). Antonio Punta, que confirmó la alternativa: estocada desprendida (ovación); dos pinchazos, estocada corta, pinchazo -aviso- y dos descabellos (silencio).

Plaza de Las Ventas. Madrid, 12 de julio. Un tercio de entrada.

Una terna de coletudos de modesta cotización disfrutaron de la habitual falsa oportunidad canicular en Las Ventas. Es decir, que la sufrieron con los bicornes descastados y sin clase que rechazan, lógicamente, las figuras. Es una película que ya se ha proyectado en repetidas ocasiones en este coso y que los doctos aficionados se saben de memoria. Tal vez por eso, más que por el rigor climático, muchos se abstuvieron de sacar boleta. "Esta ya me la sé, es una poco lucida y de miedo", o algo así pensarían.Y acertaron. Porque los pape les estaban tan clarísimos como siempre: los malos de la película eran los toros, mansos, de escasísimo juego y, a veces peligro sordo y mudo, sobre todo primero y tercero, pues el peligro del segundo y cuarto bicho era cantado, de banda sonora en estéreo y a muchos'decibelios. Los buenos, unos heroicos diestros, traspellaos y con ganuza de contratos, que al final no lograban su objetivo de impresionar a esas cesitas mágicas -léase empresarios manejadores de la fiesta a su antojo- que les podían sacar del umbrío pozo del escalafón.

La película, al menos, no acabó mal del todo ni en la tragedia que se barruntaba: los diestros se vengaron de la falta de colaboración de sus enemigos y los matar ron dignamente. Aunque la tragedia pudo llegarle a Julio Norte, con el peor lote, y que sufrió frente a su primer marrajo dos tremebundas tanganillas de las que salió ileso porque debería venir en el guión; sino, no se explica. Norte se enfrentó con valiente gallardía a éste y al bronco boyazo de Ortigao, al que le extrajo a base de porfiar algunas fruslerías artísticas, y con el que se lució en banderillas Paco Lucena.

Miguel Rodríguez se dejó sin picar al derrotón y tardo tercero, con el que loablemente intentó el toreo al natural, como al soso quinto. Punta confirmó la alternativa y esturreó los pocos pases que le permitieron la escasísima codicia de sus toros.