La 'Giotto' sobrevivió ayer a su cita suicida con el cometa Grigg-Skjellerup
La nave Giotto pasó ayer a sólo 250 kilómetros del núcleo del cometa Grigg-Skjellerup, una distancia mínima para los astrónomos, y sobrevivió a esta cita suicida sin grandes daños. La sonda no tripulada se convirtió en el primer vehículo en la historia que ha tenido dos citas con cometas, tras cruzarse a 600 kilómetros del Halley en 1986. El encuentro de ayer, a las 17.30 (hora española), se hizo a 214 millones de kilómetros de la Tierra, mientras que la distancia de ésta al Sol es de 150 millones de kilómetros.
Giotto sufrió ayer durante su arriesgada maniobra cuatro impactos de partículas de polvo, una de ellas de medio milímetro, pero los desperfectos no son importantes, según declararon con gran júbilo los responsables del programa. Científicos y operadores celebraron ayer con champaña lo que calificaron de "éxito total de la misión". Incluso han evaluado que Giotto, un aparato de dos metros de diámetro, tiene combustible para seguir en activo y que se podrá intentar una tercera visita cometaria en 1999, siempre que no haya que realizar muchas maniobras.Esta veterana sonda espacial, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), envió ayer valiosa información que influirá en las teorías de los astrofísicos sobre el origen del Sistema Solar. La misión fue dirigida desde el centro de operaciones de ESA (ESOC) en Darmstadt, Alemania, y transmitida en directo al centro científico de la agencia en Holanda. A medida que Giotto se acercaba al cometa, los datos tomados por los equipos de a bordo aparecían en las pantallas de la sala de control de ESOC, pero no hubo imágenes porque la cámara de televisión resultó inutilizada en la cita con Halley.
Polvo estelar
Grigg-Skjellerup, con un núcleo de apenas tres kilómetros de diámetro, es un cometa poco activo y mucho menor que Halley pero ambos pertenecen a la familia más antigua del Sistema Solar. Según los científicos, estos cuerpos celestes apenas han sufrido cambios y contienen partículas del polvo interestelar inalteradas desde la época de formación del Sol y sus planetas hace unos 5.000 millones de años.
Cuando Giotto se cruzó ayer con Grigg-Skjellerup, la sonda había viajado ya 1.800 millones de kilómetros, sufrido dos desactivaciones (hibernaciones) y mantenía en funcionamiento el 70% de sus instrumentos originales. Se apuntó la nave directamente al núcleo del cometa -seguramente compuesto de agua, carbono, hidrógeno e incluso metales-, pero la probabilidad de impacto era muy baja.
Grigg-Skjellerup apenas tiene la característica cola con que se han descrito los cometas desde la antigüedad. Su periodo orbital es de casi seis años, frente a los 76 de Halley, y su núcleo es poco activo. Con los datos de Giotto se perfilará la misión Rosetta, planeada por la ESA para el próximo siglo, que pretende depositar una nave espacial en un cometa.
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