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Entrevista:

"Tenemos que estar dispuestos a ser más intervencionistas"

Las convulsiones que actualmente padece el centro de Europa hacen necesario no sólo estar preparados para una intervención que facilite una resolución pacífica de los conflictos, sino también para redefinir el concepto de soberanía frente al auge de los nacionalismos. Así se expresa la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Barbara McDougall, que ha visitado Madrid camino de la cumbre del G-7 de Múnich y de la reunión de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que empieza hoy en Helsinki.

Barbara McDougall, de 55 años, se entrevistó el pasado jueves en Madrid con el Rey; con el presidente del Gobierno, Felipe González, y con el ministro de Exteriores, Javier Solana. En sus encuentros insistió en la necesidad de que imperen el Estado de derecho, el respeto de las minorías y la consolidación de la democracia en los antiguos países comunistas. "La estabilidad de Rusia, de las ex repúblicas soviéticas y de los países del Este responden al interés del mundo civilizado", afirma.

Pregunta. Ese mundo civilizado ¿está haciendo suficientes esfuerzos para poner fin al cruel asedio de Sarajevo?

Respuesta. Se dan factores muy complejos en la crisis yugoslava. Es importante que el remedio sea multilateral. El primer objetivo es que cese la violencia. Hay que encontrar una solución política, porque ésta es la única manera de llegar a un acuerdo aceptable para todas las partes implicadas. El proceso iniciado por lord Carrington en nombre de la Comunidad Europea es importante, aunque los esfuerzos multilaterales deben hacerse a través de la ONU.

Intervención occidental

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P. ¿Cree que habrá una intervención militar occidental?

R. Hay que dar tiempo a que funcionen las sanciones. Éstas han empezado a tener impacto en la población serbia, que se está echando a la calle para protestar contra Milosevic [el presidente serbio] y su Gobierno. Esto significa que hay una oposición dispuesta a seguir otra vía. Un segundo factor es conseguir que llegue la ayuda humanitaria. Tenemos 800 soldados canadienses desplegados en Sarajevo y van a ir muchos más. La mayor aportación de soldados de la ONU en Bosnia es canadiense y el comandante en jefe de las fuerzas también lo es.

P. ¿Cree que sin Milosevic en el poder en Belgrado las ¿osas serían distintas?

R. Los serbios son la parte Más agresiva en Bosnia. La situación es compleja. No quiero simplificar, pero es evidente que, los líderes de Serbia pueden detener, si quieren, los ataques de los irregulares serbios en esa zona.

P. ¿Seguirá Canadá con su política de proporcionar cascos azules para misiones de paz?

R. Tenemos 2.200 soldados en diversas partes del mundo, pero los grupos más numerosos actualmente están en Yugoslavia y en Chipre. Hemos seguido esta política durante los últimos 28 años. El mantenimiento de la paz es central en nuestra política exterior. Pero también queremos que se resuelvan las crisis y que los soldados no estén en un lugar conflictivo eternamente.

P. ¿De qué otra manera se podrían resolver los conflictos?

R. Hay que tratar de desactivarlos antes de que estallen. Ése es el ideal. La mejor manera es poner énfasis en el desarrollo democrático en el caso de Europa central y del Este. Tenemos que estar dispuestos a ser más intervencionistas. Tenemos que redefinir la soberanía, y el mundo occidental puede suministrar los medios para construir sociedaes democráticamente estables.

P. ¿Canadá tiene problemas en las relaciones trasatlánticas?

R. Siempre los hay, pero son superables. La integración y la unión europea están bien, pero siempre y cuando Europa no se convierta en un coto cerrado y deje de mirar al exterior, y no me refiero sólo a América del Norte, sino también al resto del mundo.

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