España insolidaria
Me sentía orgullosa por tener en mi país una de las leyes más solidarias de nuestro entorno en la regulación del derecho de asilo (Ley 5/1984, de 26 de marzo). Me ha durado poco. El viernes 19 de junio conocía en este diario la decisión de mi Gobierno de suprimir el derecho de asilo y endurecer los trámites para el refugio de ciudadanos que sufren persecución política o religiosa. Cumpliremos escuetamente lo que nos exige el hecho de formar parte del convenio de Ginebra de 1951 sobre esta materia, pero se recortará cualquier atisbo de mejora que la Ley 5/1984 había -producido. Garantizaremos la no devolución de los perseguidos a sus países, pero ya no nos comprometeremos a otorgarles derecho al trabajo y a la residencia en España.Teníamos una legislación ejemplar con la que se va a acabar de un plumazo. Ya sólo me queda esperar que se produzca alguna reacción en contra de esta decisión por parte de los ciudadanos, de otro modo será un indicio más de que la palabra solidaridad acabará desapareciendo de nuestro diccionario.-
Madrid.
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