Walesa rechaza la renuncia de Pawlak como primer ministro
El presidente polaco, Lech Walesa, rechazó ayer la renuncia del Waldemar Pawlak, el líder del Partido Campesino encargado hace apenas un mes por el propio presidente polaco de formar Gobierno. Pawlak había arrojado poco tiempo antes la toalla al reconocer ante el Parlamento su incapacidad de cumplir con esta tarea.
Los partidos centro-liberales, de hecho, se habían negado inicialmente a entrar en el Gabinete si no conseguían el control de las principales carteras económicas y políticas. Walesa, sin embargo, abrió una última ronda de consultas entre los partidos de esta hipotética coalición, que dio aparentemente resultado, ya que tres de ellos anunciaron por la tarde su disposición a incorporarse en un Gobierno encabezado por Pawlak. Su respaldo, sumado al de los ex comunistas, es indispensable para que el Gabinete del primer ministro roce el límite de la mayoría absoluta en el Parlamento. El empeño de Walesa en mantener a Pawlak en su puesto puede explicarse por su aversión hacia los partidos de la derecha que apoyaban al anterior Gobierno polaco, dirigido por Jan Olszewski.El pasado 4 de junio, Walesa logró que el Parlamento destituyera este Gabinete después de que el Ministerio del Interior facilitara a los diputados una lista de políticos que supuestamente habían colaborado con la policía política comunista, y entre quienes se encontraba el propio presidente polaco.
Aparte del rencor que Walesa debe de sentir hacia la derecha radical, su apoyo a Pawlak, cuyo Partido Campesino Polaco fue en su época un satélite de los comunistas, puede interpretarse como un intento de formar un bloque de centro-izquierda capaz de hacer frente a la derecha. Walesa podría así desempeñar el papel de árbitro supremo.
Hoy día, Walesa no está interesado ni en asumir personalmente el Gobierno ni en convocar elecciones. La primera eventualidad significaría un enorme riesgo político en el caso de fracaso de la política gubernamental. En cuanto a la convocatoria de unas elecciones anticipadas, podría dar como resultado un Parlamento aún más fragmentado que el actual. Esta opinión, expresada repetidamente por Walesa, la confirman los sondeos de opinión. Las continuas luchas políticas provocaron un desgaste tal de toda la clase política que, conforme con las últimas encuestas, sólo un 30% de los polacos acudiría a las urnas si se celebrasen elecciones legislativas hoy.
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