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Los trapos sucios de Ross Perot

El aspirante sin partido a la Casa Blanca empieza a pagar el precio de su ambición

Antonio Caño

Ross Perot ha empezado a darse cuenta estos días de que el camino hacia la Casa Blanca no será un camino de rosas. Sus rivales republicano y demócrata, así como los principales medios de comunicación, han comenzado a destapar los trapos sucios del multimillonario tejano, a quien presentan como un hombre sin respeto por la libertad de expresión y el derecho a la intimidad de las personas.

Marlin Fitzwater, el portavoz de la Casa Blanca, ha revelado que Perot amenazó una vez con "cargarse" a uno de los más famosos periodistas de la televisión si no se retractaba sobre una información relacionada con los prisioneros de guerra en Vietnam. "Me llamó desde su avión para decirme que se iba a cargar a Sam Donaldson", dice Fitzwater.El asunto de los prisioneros de Vietnam es el motivo de otros aspectos controvertidos del historial de Perot. The New York Times ha publicado que, mientras el aspirante a la presidencia negociaba con las autoridades vietnamitas sobre la situación de sus compañeros de guerra, aprovechó para hacer negocios particulares con aquel país.

Una comisión del Congreso que investiga el destino de los prisioneros y que se ocupa de los ex combatientes ha llamado a declarar esta semana a Perot, pero el carismático personaje rehusó presentarse aduciendo que, en las circunstancias actuales, su testimonio sería transformado en "un circo político".

Ayer, en Annapolis (Maryland), durante la primera rueda de prensa que celebra desde que se conocen sus aspiraciones presidenciales, Perot acusó al Partido Republicano de haber desatado una campaña con trucos sucios para desprestigiarle.

Pero las descalificaciones están ahí. El periódico The Washington Post informaba el pasado domingo que Perot había ordenado hace años una investigación privada sobre George Bush, cuando éste era vicepresidente, para probarle supuestos delitos de corrupción. El espionaje sobre Bush fue consecuencia de la negativa de la Casa Blanca para asistirle en sus averigüaciones sobre los prisioneros de guerra en Vietnam.

"Este mundo está lleno de leones, tigres y conejos. Usted es un conejo", le dijo Perot a Bush en una conversación de 1986 en la que se rompió la relación entre ambos, según describe un artículo de Bob Woodward en The Washington Post

El equipo de campaña de Perot filtró ahora esta información para tratar de dar a Bush la imagen de un hombre débil que no se atrevió a jugar a fondo en la investigación sobre los prisioneros, pero la operación puede tener un efecto bumerán contra el empresario porque del escándalo sólo ha quedado la idea de que Perot es un hombre sin escrúpulos para espiar la vida de las personas, sean sus propios empleados o el vicepresidente de la nación.

El propio presidente se refirió el pasado fin de semana, y por primera vez, en términos duros a su singular contrincante, aunque sin mencionar su nombre. "Tenemos desafios demasiado importantes en estas elecciones como para sacarnos un cerdo de la manga", dijo Bush, utilizando una frase castizamente tejana.

La caza de Perot es, en estos momentos, el deporte favorito de los medios de opinión liberales, que se preguntan qué podría ser de este país cuando Perot, tan aficionado a los archivos de actividades privadas, tuviese en sus manos los de la CIA, el FBI y todos los demás servicios secretos del país.

El semanario Time detalla en su último número todas las contradicciones en las que ha caído Perot desde que descubrió sus ambiciones. "Las mismas cualidades que me han hecho triunfar como hombre de negocios me harían fracasar como político", dijo Perot hace 23 años. Ahora, van a intentar desmostrarle, con todas las fuerzas, que tenía razón.

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