Mariano Rubio, contrario a las críticas de Basilea a la unión monetaria
El gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, manifestó ayer su desacuerdo con los comentarios negativos sobre la Unión Monetaria del informe anual del Banco Internacional de Pagos de Basilea. Rubio se sitúa así con varios de los responsables de los bancos centrales europeos, que han criticado las conclusiones expuestas ayer por el director general de la institución, Alexander Lamfalussy.
El informe de Lamfalussy ponía en tela de juicio el fondo y la forma del proceso de Unión Económica y Monetaria acordado en la cumbre de Maastricht y llegaba a calificar el proceso como "un camino difícil y probablemente imposible de llevar adelante". Señalaba además que las ventajas de una moneda única se anularán con una menor rentabilidad de los bancos, que la integración monetaria puede provocar desempleo en los países más pobres de la CE y que los esfuerzos para la convergencia se traducirán en políticas de cambio demasiado rígidas.
Aunque los gobernadores que se han opuesto a esta parte del informe -los de España, Dinamarca, Francia, Italia y Holanda- pertenecen al comite consultivo del banco, todos ellos han manifestado que el informe expresar la opinión personal del director general. Rubio afirmó que estos comentarios "no responden a un análisis objetivo y son contradictorios con la propia política defendida en otros capítulos del informe y con las posiciones mantenidas en el pasado por esta institución".
Opiniones encontradas
El documento de Lamfalussy, elaborado antes de la negativa danesa a Maastricht, provocó opiniones encontradas entre los gobernadores de bancos centrales de la CE y reavivó el debate sobre la conveniencia de replantearse algunos aspectos de la unión monetaria. El presidente del Bundesbank, Helmut Schlesinger declaró el lunes en Basilea que la situación actual "es peligrosa" y sugirió la posibilidad de que se celebre un nuevo referendum en Dinamarca.
El BPI no tiene funciones ejecutivas, aunque en su consejo se sientan la mayoría de los gobernadores de bancos centrales de los países de la OCDE. Fue creado para regular la cotización de las reservas de oro de sus países miembro y jugó un papel destacado como foro de debate y encuentro durante la crisis económica de los setenta. Se da la circunstancia de que los debates técnicos del Informe Delors -documento que sirvió de base para los acuerdos de Maastricht sobre Unión Económica y Monetaria-, se realizaron en la sede del Banco de Pagos, con la participación del propio Lamfalussy, junto a los doce responsables monetarios de la CE, tres expertos a nivel individual y el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors.
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