Llanto por Granada
¡Estoy llorando por Granada!Tras el canto a su belleza anticipado por mi entusiasmo, visitar Granada se había convertido en algo ineludible para mis amigos griegos. Por fin, el pasado 16 de mayo mi esposa y yo decidimos deslumbrarlos. Aún lloro mi fracaso.
Setos destrozados, camas de flores pisoteadas, rosales sedientos, envoltorios y papeles por el suelo, grupos haciendo su pic-nic en los jardines, suciedad y barullo han sustituido la música de unas fuentes ese día calladas y el. rumor de los estanques hoy llenos de algas y mohos. El Generalife era una algarabía de empujones y gritos, de barbarie expresada con intentos de comprobar la dureza de los bellos estucos o dejar para la posteridad un nombre banal escrito en las paredes.
Lamentable impresión de descuido y desorden que representaba sólo el prólogo de una visita a parte de la Alhambra, donde grupos de turistas extranjeros y pacientes visitantes de toda España soportamos el desorden, la descortesía y la falta de servicios, aturdidos por la desidia, impresionados por la suciedad y asustados por el descuido y la falta de atención a uno de los más puros vestigios históricos de sensibilidad, armonía y belleza.
No sé de quién depende hoy, pero sería prudente alzar la voz de alarma. Antes de que sea tarde y no podamos ya ni llorar por Granada.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.