Westendorp pierde posibilidades
Las amenazas que recaen sobre el Tratado de Maastricht y, en menor medida, la preparación de la cumbre iberoamericana de Madrid de finales de julio, han decidido a Felipe González a aceptar la renuncia del ministro, de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, según fuentes diplomáticas.Sólo el presidente del Gobierno sabe quién sustituirá al ministro, aunque se espera que el relevo no dará pie a un amplio reajuste gubernamental.
Desde su domicilio, donde descansa, Fernández Ordófiez menciona sobre todo a Javier Solana, titular de Educación y que aspira a cambiar de cartera, como su más probable sustituto.
Una hipótesis aún no descartada es que el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, asuma la cartera hasta el fin de la legislatura.
Hasta ahora se mencionaba también insistentemente el nombre de Carlos Westendorp, secretario de Estado para la Comunidad Europea, como heredero de Fernández Ordófiez, pero su candidatura ha perdido puntos a pesar de su dominio de los asuntos comunitarios y su afiliación al PSOE.
Aunque se ignora en qué medida González comparte esa opinión, en su entorno se le reprocha al secretario de Estado su falta de pudor al asumir un excesivo protagonismo, con vístas a suceder a su ministro, así como algunas declaraciones desafortunadas, como la del 2 de junio, cuando dijo, parafresando a Shakespeare: "Algo huele a podrido en Dinamarca".
Al secretario de Estado se le ha llegado a insinuar, según una alta fuente de la Administración, que debería reducir sus comparecencias ante la prensa, con la que mantiene una excelente relación.
Fuentes gubernamentales descartaron ayer que el actual ministro de Economía, Carlos Solchaga, vaya a ocupar la cartera.
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