El grupo 21 Japonesas, contra la asepsia musical
Con cuatro discos publicados, el grupo donostiarra 21 Japonesas intenta mantener el hueco que ha abierto en el pop español, algo complicado dada la crisis creativa y económica que afecta a la música y el peculiar estilo del dúo formado por Txetxo Bengoetxea y Luis Camino. Según 21 Japonesas, "se está creando una generación musicalmente aséptica y habrá que esperar a una nueva que no quiera seguir alimentándose de esta manera de sentir la música".
Desde el primer disco de 21 Japonesas -grupo donostiarra formado originalmente por Txetxo Bengoetxea, Alfredo Beristáin y Luis Camino-, han pasado cuatro años y muchas cosas. Entre otras, cuatro elepés -el último, El mercado del placer, recientemente publicado- y fichajes deshechos con Island, la prestigiosa discográfica británica. La separación de Alfredo Beristáin y su posterior fallecimiento en 1991, mientras sus ex compañeros grababan en Londres el último disco, ha sido el momento más doloroso de la vida del grupo. Luis Camino (32 años) y Txetxo Bengoetxea (30 años) recuerdan al guitarrista desaparecido con cariño y melancolía: "Era una persona hipersensible".Desde los comienzos de 21 Japonesas, su música fue catalogada como atípica. "Comenzamos a ver qué pasaba, con la única idea de crear ambientes para ver si se podían estructurar en temas. Nuestra máxima era: Si te atreves, házlo", dice Camino. "Las influencias latinas y africanas evidentemente estaban", continúa Bengoetxea, "pero la conciencia llegó cuando nos decían que mirábamos a África. Los análisis siempre los hemos hecho a posteriori y nos hemos negado a definir nuestra música como étnica". Los textos son otra de las características diferenciales del grupo. "Intentamos jugar tanto con la fonética como con el significado", afirma Bengoetxea.
Estas peculiaridades han hecho a 21 Japonesas pagar el precio de sobrevivir con dificultades. "Del prestigio no se puede vivir mucho tiempo, y nos hemos hecho muchos agujeros en el cinturón", dice Camino. "Continuamos por el placer de tocar lo que creemos, pero tampoco queremos ir de bichos raros", prosigue Bengoetxea. "La agresividad de lo comercial domina la música; es el dinero rápido, el mercado del placer". Según Luis Camino, "se está creando una generación con la asepsia musical como punto de partida y el grado de decepción es enorme".
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