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Fiscalía y policía, alertan sobre el riesgo de malos tratos que corren 500 niños

Milagros Pérez Oliva

Más de 500 niños de Ciutat Vella (Barcelona), que corren el riesgo de recibir malos tratos y que presumiblemente los reciben ya, llevan meses esperando ser atendidos por el Equipo de Atención a la Infancia y la Adolescencia (EAIA), servicio abierto en 1990 por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat para prevenir y atender este problema.

Todos los casos que figuran en la lista de espera han sido comunicados al EAIA por los servicios sociales de base, por la policía de menores o la fiscalía, como casos de alto riesgo que no pueden ser solucionados por medios ordinarios y que precisan la atención urgente del equipo especializado. El colapso de este servicio es tal que la mayoría de los niños lleva más de un año esperando.Hambre, abandono y daños fisícos y psíquicos por miseria, patología mental o alcoholismo son las principales amenazas que se ciernen sobre estos niños. Algunos han saltado directamente de la lista de espera al servicio de urgencias de un hospital. Éste es el caso de un niño de 10 años que figuraba en la lista de espera desde hacía dos años cuando los responsables del EMA fueron llamados al hospital del Mar. El pequeño presentaba síntomas de haber recibido una paliza y tenía la espalda surcada de latigazos.

La agresora había sido una abuela absolutamente sobrepasada por la responsabilidad de cuidar de unos nietos cuyos padres, toxicómanos, estaban en prisión, sin disponer muchos días ni para comprar leche. Hacía dos años que la escuela había alertado sobre el peligro que corría este niño, pero el suyo era uno más de los 500 casos.

En febrero de 1992, los niños pendientes de estudio e intervención eran ya 449, lo que representaba el 64% de todas las demandas recibidas por el EAIA de Ciutat Vella desde su creación, en abril de 1990. Los equipos de atención a la infancia fueron creados en 1986, pero. no se implantaron en la en ciudad hasta 1990. Integrados por un psicólogo, un pedadogo y un asistente social, estos servicios se consideran un modelo y algunos Gobiernos autónomos han enviado a Cataluña a sus responsables de Infancia para estudiarlos.

Secuelas

La miseria y la desgracia no entienden de burocracias, y muchas veces, cuando la ayuda llega, las secuelas psicológicas y físicas son ya irreparables. Este es el caso de un niño deficiente mental, hijo de una familia numerosa con gravísimas carencias, no sólo económicas. Cuando la ayuda llegó, la deficiencia del niño ni siquiera era el principal problema. Uno de los hermanos acababa de matar al padre. En el denso aire de Ciutat Vella quedó flotando la duda de si una intervención a tiempo hubiera podido evitar la trágica eclosión del volcán en que vivía esa familia."En Ciutat Vella, los derechos humanos no se respetan, mucho menos los de la infancia. Tenemos niños malnutridos y semiabandonados, y niños de 10 a 12 años en grave riesgo de explotación sexual. Los malos tratos, muchas veces, no proceden tanto de la familia, que es tan víctima como ellos, sino del entorno. Existe también el mal trato institucional en la medida que las administraciones no hacen tanto como debieran" concluye. Joan Duch, responsable del Casal dels Infants del Raval, una entidad filantrópica que ofrece comida y ayuda a los niños necesitados.

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