El Ayuntamiento construye el Museo de la Ciudad en un terreno que no es suyo
El Ayuntamiento de Madrid está levantando el Museo de la Ciudad en un terreno de la calle del Príncipe de Vergara del que no es propietario. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, dictada en noviembre y desconocida hasta ahora, reconoció los derechos de un particular que reclamó la devolución de un suelo que en su día fue expropiado para otro fin. El demandante, una vez conocido el fallo, advirtió por escrito al Ayuntamiento que, al "construir [el municipio] de mala fe en un terreno ajeno", tenía derecho a exigir incluso la demolición de la obra.
El flamante edificio del Museo de la Ciudad, que está prácticamente terminado, completa una inmensa manzana de la calle del Príncipe de Vergara donde también se ubican el Auditorio Nacional y la Junta Municipal de Chamartín. El Ayuntamiento ha invertido allí unos 3.000 millones de pesetas.Las obras no se han parado en ningún momento desde que en enero de 1991 el anterior alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, puso la primera piedra. No se detuvieron siquiera ni cuando un juez de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid reconoció el 22 de noviembre pasado a un particular su derecho de reversión sobre el suelo.
La Ley de Expropiación Forzosa de 1954 indica que la reversión (devolución) de los bienes expropiados es procedente cuando "no se ejecute la obra o no se establezca el servicio que motivó la expropiación". Ahora bien, los expropiados originales pueden vender este derecho de reversión a terceras personas, como ha ocurrido en este caso.
Accesos a la estación
El terreno donde se ha construido el museo fue expropiado en 1946 por el Estado para construir los accesos de la entonces futura estación de Chamartín, según recuerda el demandante, Alberto Goetsch, en un escrito que remitió en enero a la Gerencia Municipal de Urbanismo.Goetsch adquirió el derecho de reversión de los terrenos en 1977. Posteriormente, en 1988, el Estado cedió al Ayuntamiento de Madrid la propiedad del solar.
El demandante intentó hacer valer su derecho ante la Dirección General de Infraestructuras del Transporte, titular del suelo antes de que lo cediera al Ayuntamiento. El Estado se lo denegó y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictó después la sentencia referida, en la que anula la resolución del Estado y da la razón al particular. Según Goetsch, el decreto-ley por el que se realizó la expropiación prohibía la construcción "de cualquier obra nueva sobre los referidos terrenos". Sin embargo, el Ayuntamiento de la capital utilizó los terrenos cedidos por el Ministerio de Transportes para edificar la Junta Municipal de Chamartín y ahora el Museo de la Ciudad.El demandante recordó en. enero a la Gerencia de Urbanismo que si se hiciera firme la, sentencia dictada por los tribunales -ahora está recurrida. ante el Supremo-, se daría la, situación de que el Ayuntamiento habría construido ein. una finca de la que no es titular. A partir de ese momento, el. particular argumenta que pasaría a ser propietario de los edificios o incluso podría exigir la demolición de la obra. Por ello, el demandante pidió en enero al Ayuntamiento que paralizara la construcción del Museo de la Ciudad de forma cautelar.
Los responsables municipales de obras desconocían la existencia del contencioso sobre los terrenos del Museo de la Ciudad, aunque no los servicios jurídicos municipales, que presentaron la apelación ante el Tribunal Supremo.
El responsable de obras, Luis Armada, arguye que el Ministerio de Transportes cedió al Ayuntamiento los terrenos "con el fin de construir equipamientos, que es lo que se ha hecho". Armada considera que hay resquicios legales que hacen posible que el Ayuntamiento pueda ganar el pleito ante una instancia superior.
En caso contrario, según el Ayuntamiento, el sistema habitual es compensar al propietario económicamente o con otros terrenos, pero no devolviéndole el suelo del conflicto. De hecho, el demandante aseguró en su escrito que no deseaba "causar perjuicio alguno a los intereses municipales", pero recordaba que "inevitablemente" tiene que defender sus legítimos intereses.
El solar ocupa 2.370 metros cuadrados. El metro cuadrado de un piso construido en esa zona cuesta más de 250.000 pesetas.
Éste no es el único litigio que Goetsch tiene en la zona. El demandante también tiene los derechos de reversión de la finca de la calle de Vinaroz, 31, sobre la que pesa una sentencia de mayo de 1991 del mismo tribunal. En el fallo se condena a la Administración a entregarle la finca que fue utilizada por el Estado para alojar provisionalmente a los ocupantes de otros terrenos expropiados.
Un dedo por planta
Las vitrinas del Museo de la Ciudad se están llenando de fotografías, mapas y maquetas que explican la evolución de la ciudad y el desarrollo de sus servicios: agua, luz, medios de transporte. En cada planta está trabajando una empresa diferente contratada a dedo. ¿Por qué?
Según Francisco Herrera, portavoz del grupo municipal de IU, la concejalía de obras ha adjudicado el montaje del museo por plantas, y no globalmente, para poder hacerlo a dedo sin saltarse la ley: "Cuando la adjudicación sobrepasa los 50, millones de pesetas hay que convocar un concurso público. Al dividir el presupuesto total por plantas no se llega a esa cantidad y pueden contratarlo a dedo", explica.
En efecto. No se llega a los 50 millones de pesetas, pero se rozan. El 22 de mayo, la concejalía de obras adjudicó de forma directa el montaje de la planta cuarta a Procontrol por 49.770.356 pesetas. El mismo día concedió a CABBSA el montaje del tercer piso por 49.874.958 pesetas.
Y siguen hoy. El gobierno municipal del PP, que cuando estaba en la oposición criticaba, por norma las adjudicaciones digitales del PSOE, concederá a otra empresa el montaje de una planta más por 49.763.649 pesetas.
El primer teniente de alcalde, Luis María Huete, recordó semanas atrás que las adjudicaciones directas se pueden hacer por motivo de urgencia. En este caso, el PP tiene coartada: el museo debía estar terminado para San Isidro y ahora se está terminado a toda prisa.
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