La CE propone invertir 195 billones de pesetas en la red de transporte de los Doce
Los Doce necesitan invertir de aquí al año 2010 entre 130 y 195 billones de pesetas para contar con una red de transportes que permita, además de la realización plena del mercado único, "potenciar la estructuración de la cohesión económica y social". El proyecto, que iba a ser aprobado ayer por la Comisión Europea ha sido retrasado hasta una próxima reunión, a causa de la crisis institucional provocada por el rechazo danés al Tratado de Maastricht.
La propuesta de la Comisión Europea responde a uno de los objetivos fijados en el Tratado de Unión Europea, consistente en desarrollar las redes de infraestructura de los países de la CE y las que unen a éstos con los países vecinos. Para España y los restantes países periféricos, la Comisión Europea pone el acento en "completar la red inacabada de autopistas y autovías". Europa cuenta con 37.000 kilómetros de autopistas, pero faltan por construir otros 12.000 kilómetros. EL 40% de esta obra pendiente corresponderá hacerla a España, Portugal, Irlanda y Grecia.La propuesta de la Comisión señala que aunque la red española está en expansión, tiene todavía grandes carencias. Los otros tres países están todavía en fase embrionaria. El informe no distingue entre autovías y autopistas, pero se inclina por la segunda modalidad al insistir en que el peaje es un instrumento ideal de financiación en una fase en que los Estados se ven obligados a reducir sus inversiones públicas por culpa de las obligación de reducir el déficit público para adaptarse a la moneda única.
La Comisión Europea propone "dar prioridad a los proyectos de interés común" y beneficiar financieramente a las regiones incluidas en la cohesión. Entre 1993 y 1997 el plan es contribuir con 713.000 millones de ecus (10,14 billones de pesetas), que beneficiarán mayoritariamente a las regiones más desfavorecidas. España, Portugal, Irlanda y Grecia contarán, además de con las ayudas regionales, con el nuevo fondo de cohesión (1,3 billones en ese período). Para 1993, el anteproyecto de presupuestos de la Comisión Europea prevé dotar ya el nuevo fondo 1.565 millones de ecus (203.450 millones de pesetas).
Tendencia regresiva
Según el plan, los Doce deberán invertir en los próximos cinco años un total de 403.000 millones de ecus (52,4 billones de pesetas) en infraestructuras. Para ello, deberán corregir además la tendencia regresiva de los últimos años, pues mientras en 1975 se gastó el 1,5% del PIB de la CE en redes de transporte, en 1990 el porcentaje se vio reducido a un 1%.
En los países del. sur, la red de carreteras será la prioridad a acometer, pero en conjunto, será el tren de gran velocidad la inversión que se llevará la palma. La Comisión prevé que habrá que destinar a este proyecto 19,5 billones de pesetas sólo en el próximo quinquenio, de los que la CE correrá con el 30%. Las autopistas figuran en segundo lugar con 15,6 billones de pesetas y un 15% de financiación comunitaria. El transporte combinado y el desarrollo y modernización del ferrocarril convencional absorberá 13 billones de pesetas, de los que la Comunidad correrá con el 20%. El resto se reparte entre mejora de vías navegables, transporte marítimo, aeropuertos y control aéreo.
En la actualidad, los programas comunitarios específicos para grandes redes de infraestructuras son mínimos. Para 1993 están previstos únicamente 180 millones de ecus (23.400 millones de pesetas). La parte esencial de las ayudas proviene de los fondos estructurales, destinados a las regiones más desfavorecidas o en declive industrial. Al margen de las subvenciones, existe la posibilidad de recurrir a los créditos que concede el Banco Europeo dre Inversiones (BEI). La viabilidad del proyecto de la Comisión está en gran medida condicionada a que los Doce decidan potenciar los instrumentos financieros de la CE o asuman individualmente la carga nacional que les corresponda.
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