Rincón afirma que ya no le valen los triunfos sin orejas

E. M. La segunda tarde de César Rincón en la feria ha disparado al máximo de nuevo, tal y como sucedió en la primera, la expectación y el precio de las localidades en reventa, lo que el colombiano entiende: "Hombre, creo que modestamente colaboré algo con mi faena al primer toro, que estropeé con la espada. Pero ese triunfo moral, sin orejas, ya no me sirve hoy, cuando buscaré otra vez la puerta grande". Rincón está anunciado con Curro Vázquez, Manuel Caballero y toros de Baltasar Ibán.

El colombiano se muestra optimista de cara a esta tarde, aparte de por el apoyo que sabe le dispensará de nuevo la afición madrileña, porque le gustan muchísimo los toros de Ibán: "Son de los que rechazan otros compañeros, pues con su casta les obligan a cavilar y a colocarse en el sitio de las cornadas y los triunfos, donde muchos no se atreven, mientras, que ese es el sitio ideal para mi toreo". Pone como ejemplo que el primero de sus grandes éxitos en, la feria de 1991 fue con toros de esta divisa.

Rincón comenta que, aunque tiene hecha la temporada y podrá elegir 70 de las más de 120 tardes que le han ofrecido, lo único que le obsesiona ahora es salir a hombros otra vez. "Es un reto ante mí mismo", explica en serio para bromear después, "porque ya no sé irme por la de cuadrillas, debe ser la falta de costumbre". Y redondea: "Además me consta que el público se marchó tan defraudado como yo en mi anterior tarde por esos fallos con la espada. Hoy aunque sea lo mato a bocados, pero lo mato a la primera".

A Curro Vázquez también le agradan los toros de Ibán debido a los éxitos que ha logrado con ellos: "Muchas de mis mejores faenas las he hecho ante ellos y recuerdo en especial dos, una en Madrid a un toro de 700 kilos y otra en Logroño". Al torero, que lleva más de 60 paseíllos en Las Ventas y afirma aspirara los 100, le agrada competir con Rincón y Caballero: "Creo que es un cartel perfecto, pero no les tengo miedo, porque yo poseo mis armas para ganarles la partida".

Manuel Caballero se muestra un poco más comedido a la hora de valorar las dificultades que le plantearán sus compañeros de terna: "Desde luego no será nada fácil. Para que digan que voy cuidado, porque podía haber elegido otros y, sin embargo, acepté medirme en Las Ventas con dos de los diestros que más gustan".

El albacetense agrega que la principal razón para incluirse en este festejo fueron los toros de Ibán y vuelve a presumir: "Esa divisa la rehuyen muchos diestros porque cuando saca la casta te pone en dificultades, salvo que te quedes muy quieto y, sobre todo, temples mucho y ligues los pases. Estas dos últimas características creo que las domino y por eso los escogí. Además, todo lo poco que he logrado en mi profesión se lo debo a Madrid y quería dar la cara, como agradecimiento".

Concluye en tono humorístico: "Me lo he puesto tan difícil porque quiero saber lo antes posible si valgo o no para esto. Porque siempre me queda el recurso de volver a ser camarero en el pub de mi tío en Albacete. Sirviendo copas soy un hacha".