Los vecinos se oponen a que se construya un nuevo cuartel
A raíz del atentado terrorista cometido el 29 de mayo de 1991 en Vic se ha creado una conciencia anticuartel, que no anti-Guardia Civil, ante la posibilidad de que se emplace un nuevo edificio militar en alguna zona urbana de esta localidad de la provincia de Barcelona. El Ayuntamiento, haciéndose eco de este sentimiento, ha propuesto tres ubicaciones posibles en áreas no pobladas de la ciudad, pero el Ministerio del Interior aún no se ha definido. Provisionalmente, la dotación de la Guardia Civil se ha instalado en un edificio de la plaza de Osona, cerca de un colegio, como lo estaban las que fueron objetivo de ETA. Esta actitud motivó el nacimiento de un movimiento popular en contra de que la Guardia Civil ocupara el bloque de pisos de la calle de Botànic Micó, donde está instalada actualmente la casa cuartel. No obstante, y a pesar de las acciones de protesta y las peticiones oficiales del Ayuntamiento, desde hace unas semanas varios miembros de la Guardia Civil ocupan estos pisos y seguramente hasta pasado el verano no habrá ninguna novedad al respecto, según ha informado el alcalde a los miembros de la coordinadora anticuartel. Pere Girbau, alcalde de Convergència i Unió (CiU) de esa localidad, confía en que la solución final sea favorable porque "el Gobierno sabe que el Ayuntamiento no quiere el cuartel en la plaza de Osona".
En el paseo de la Generafitat, en el cuartel que fue blanco de los terroristas, hoy sólo queda un solar propiedad del Estado. Junto a él, y desde hace 365 días, siempre hay algún ramo de flores frescas. La ciudad de Vic no olvida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.