El orgullo de una singladura
"Al celebrar, mañana, el Día de Canarias, podemos hablar de un motivo de orgullo", afirma el articulista, ya que en un decenio de autonomía el pueblo canario "ha hecho camino al andar". Las realizaciones de ese periodo permitirán a Canarias, agrega, encarar el porvenir con más solidez, seguridad y optimismo.
Canarias, que pronto cumplirá, 10 años desde el comienzo de su singladura autonómica, continúa esmerándose en un encomiable afán de progreso y madurez. Con esta edad poseemos aún las virtudes que caracterizan a nuestras jóvenes generaciones: capacidad de trabajo, disposición al cambio, ilusión en el esfuerzo y apertura hacia el exterior. Una década, por otra parte, es tiempo suficiente para observar nuestra trayectoria con una cierta perspectiva pues, sin duda, la historia se marca día a día, año a año, con nuestros aciertos y con nuestros errores.Por eso mañana, al celebrar el Día de Canarias, podemos hablar de un motivo de orgullo. En un decenio el pueblo canario ha sido capaz de protagonizar muchas cosas. Y; lo que es más importante: no se ha arrugado, no ha retrocedido ante los planteamientos que habría de afrontar. Aún en nuestros días seguimos avanzando en lo que ha sido un apasionante proceso de construcción y un no menos importante compromiso de mantener las señas de identidad y las peculiaridades en el nuevo marco de relaciones con el exterior. Cierto que surgieron dificultades, cierto que a veces hemos topado con el duro muro de las incomprensiones. Pero el pensamiento machadiano ha tenido plena vigencia: se ha hecho camino al andar, y por eso podemos encarar el porvenir con más solidez, con más seguridad en nosotros mismos y, sobre todo, con más optimismo, sabedores de que las conquistas no son baldías. El terreno recorrido ha de inspirarnos comportamientos futuros: habremos aprendido de los errores y sabremos que sólo con una actitud constructiva, con valentía y de forma cohesionada, seremos capaces de responder con solvencia a las exigencias de la modernidad.
Pilares institucionales
El esfuerzo que caracteriza a nuestra joven autonomía se ha traducido en estos 10 años -nos encontramos en la tercera legislatura- en la aprobación por el Parlamento de Canarias de 96 leyes. Algunas de ellas, como la del Gobierno y de la Administración Pública, del Consejo Consultivo, del Diputado del Común, de la Audiencia de Cuentas, del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y otras son, ahora mismo, los pilares en los que se asienta el funcionamiento de nuestras instituciones, pilares que se han fortalecido progresivamente durante estos años con la contribución del resto del marco legislativo que, como la sociedad misma, debe evolucionar y tender a un mayor perfeccionamiento.
También se caracteriza nuestra comunidad autónoma por una natural disposición al cambio, de acuerdo con las necesidades del momento histórico en que nos movemos en el contexto del Estado, de Europa y de todo el mundo. De esa suerte de virtud se deriva que, con la necesaria ponderación, hayamos proyectado la reforma del estatuto de autonomía en el afán de consolidar nuestra forma de autogobierno. Cuando cristalicen los trabajos podrá hablarse de otra contribución significativa a la experiencia de esta singladura autonómica.
En cualquier caso, no nos falta ilusión ante el futuro que se avecina. Hemos depositado, en tal sentido, bastantes esperanzas en el desarrollo del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad de las Islas Canarias, más conocido por Poseican, en el nuevo régimen económico fiscal, en la entrada en vigor del Mercado único, en las mejoras económicas que se derivarán del desarrollo práctico de la convergencia europea y en otras previsiones del Tratado de Maastricht como la creación del Fondo de Cohesión o del Comité de las Regiones.
Todo ello -a eso aspiramos- deberá plasmarse en la mejora de la calidad de vida de todos los canarios, de tal forma que alcancemos en un futuro no lejano la media europea. Lo que significará la elevación de nuestros niveles educativos, la potenciación del sistema sanitario, la dotación de vivienda a quienes carezcan de ella, la disminución de las tasas de desempleo y la protección eficaz y suficiente del medio ambiente.
Afrontar la modernidad
Para alcanzar estos fines, es necesario que estemos en disposición de afrontar la modernidad con decisión, mirar más hacia el futuro que al pasado -sin olvidar nuestras características geográficas y nuestra idiosincrasia- y centrar la atención más en lo global que en lo particular, ya que este último es un factor quesuele deformar la realidad. Nuestra fresca mayor integración en las estructuras comunitarias refuerza la vocación un¡versalista de los canarios y, consecuentemente, nuestra proyección hacia los pueblos de Latinoamérica con los que nos unen lazos de sobra conocidos pero no por ello menos acreedores de un constante y solidario enriquecimiento.
Precisamente sobre la solidaridad como un ejercicio a practicar eficazmente ha de seguir cimentándose la cohesión interna de la región canaria, escalón. principal en el que debe iniciarse, con buen pie, nuestra marcha hacia el futuro que vislumbramos. Demos prueba, así, de más razones para sentirse orgullosos.
Frente a los aventurerismos inciertos, al escepticismo exagerado o los saltos en el vacío, he aquí las virtudes para avanzar: iniciativa, tolerancia, acercamiento, sosiego, comunicación, respeto... A estas alturas, Canarias precisa de una aportación colectiva que, en el fondo signifique incluso un cambio de mentalidad.
En esta nueva celebración del Día de Canarias sentimos más que nunca el acercamiento a la consolidación definitiva de nuestra comunidad autónoma. Consolidación que no debe significar anquilosamiento ni inmovilismo. Al contrario, la disposición de las alforjas que se necesitan para un largo viaje. Una singladura que nos siga llenando de orgullo.
Jerónimo Saavedra Acevedo, socialista, es presidente del Gobierno de Canarias.
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