Un día entero de protesta en Baleares, Murcia y Huelva
La protesta sindical en las comunidades de Baleares y Murcia, y en la provincia de Huelva no fue ayer de siete horas, como en el resto de España, sino de 24 horas. Otra convocatoria particular fue la de Comisiones Obreras y UGT en Navarra, que vivió ayer su segunda jornada de huelga, tras la convocada el pasado miércoles por los sindicatos nacionalistas ELA-STV y LAB.En Murcia, donde los sindicatos convocaron huelga general de 24 horas para reclamar una política de reindustrialización, la patronal consideró la convocatoria un fracaso, con solamente un 50% de paro real, en tanto que los sindicatos evaluaron entre un 90% y un 95% el seguimiento de la huelga. La patronal murciana, sin embargo, redujo la cifra al 50%, ya que, a su juicio, "de puertas adentro" se siguió trabajando, en alusión a las empresas que cerraron sus puertas para evitar la visita de los piquetes pero que mantuvieron su actividad. La zona de menor incidencia de la huelga fue la comarca de Yecla, donde en la industria del mueble sólo se registró un paro del 25%, según datos sindicales.
El paro tuvo una incidencia desigual en Huelva. La actividad industrial quedó paralizada en las fábricas del Polo Químico, mientras que fue menor en la hostelería, el comercio o la banca.
Segundo día en Navarra
El seguimiento del segundo día de huelga en Navarra fue muy irregular. Si bien el sector industrial siguió mayor¡tariamente los paros, sobre todo en los cinturones de Pamplona y Tudela, el comercio, la educación, la sanidad y la Administración funcionaron con normalidad.
La incidencia en las islas Baleares fue muy dispar, con una repercusión inferior a anteriores paros. La actividad del sector turístico fue la más afectada y en la mayoría de los casi 1.000 hoteles de las cuatro islas los clientes se quedaron sin servicios de comedor y habitaciones. No se registraron incidentes de importancia.
El aeropuerto de Palma de Mallorca fue el único punto neurálgico que sufrió desde la medianoche las consecuencias de la jornada reivindicativa. La mitad de los vuelos regulares fueron anulados y la mayoría de los aviones turísticos fueron retrasados hasta después de la huelga.
La valoración del paro fue totalmente contradictoria para las partes afectadas. Los sindicatos convocantes aseguraron que el paro fue un exito, con un seguimiento superior al 80%, mientras que la Delegación del Gobierno en las islas situaba en un 35% la incidencia del paro y la patronal calificaba la huelga de fracaso.
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