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Los trabajadores de la EMT programan nuevos paros a partir del 8 de junio

Javier Casqueiro

Los trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) aprobaron ayer, en dos asambleas, respaldar la huelga de mañana. Pero muchos conductores sacarán sus autobuses a la calle. La Plataforma Sindical, el sindicato mayoritario de la EMT, encontró entre sus afiliados mayor oposición a la convocatoria de la esperada y muchos votaron en contra o abandonaron la sala por convocar la huelga CC OO y UGT. Las asambleas ratificaron el nuevo calendario de paros propuesto a partir del 8 de junio por la paralización del convenio y por los últimos despidos.

Los líderes de la Plataforma Sindical, que representan al 85% de los 7.000 trabajadores de la EMT, se concedieron -cuando fundaron hace tres años este sindicato- un sistema de funcionamiento asambleario que consideraban infalible. La apuesta ha servido todo este tiempo, pero ayer se volvió en su contra.Pablo Rodríguez Peña, el dirigente hasta ahora indiscutible, fue desautorizado ayer. Rodríguez Peña, que ha adquirido práctica y experiencia en el manejo escénico y argumental de las asambleas, perdió ayer el control de la celebrada por la mañana. No pudo evitar que casi la mitad de los asistentes -al principio unos mil- se levantara de sus asientos, se marchara ofreciéndole la espalda por el pasillo del cine Infante o se quedara en sus butacas para votar en contra.

El comité ejecutivo de la Plataforma, con la oposición de algunos de sus componentes, azuzó la discordia al proponer a los trabajadores el apoyo a la huelga parcial de siete horas convocada para mañana en toda España por CC OO y UGT y al invitar a las asambleas a los secretarios generales del Transporte en Madrid de estos dos sindicatos de clase, para que pudieran explicar los motivos de la huelga.

Los dirigentes de la Plataforma achacaron la crispación de la asamblea "al cabreo general y visceral que los trabajadores se guardan contra los responsables de CC OO y UGT" por la falta de apoyo que les mostraron durante sus huelgas.Abucheo a CC OO y UGT

Las palabras matinales de los responsables de CC OO y UGT adquirieron un valor ético y casi épico, pero apenas se escucharon entre gritos de "golfos", "traidores", "esquiroles" y "mentirosos". Sus discursos, en los que elogiaron a los dirigentes de la Plataforma y reconocieron errores propios, fueron interpretados como "una absoluta rendición". Por la tarde no pudieron ni hablar. La incorporación a la expedición de un antiguo líder de CC OO de la EMT, Julián Sandalio, provocó 10 minutos de pitidos y abucheos que les obligaron a marcharse para evitar males mayores.

El apoyo explícito que solicitaron para la huelga todos los oradores de la Plataforma les fue otorgado oficialmente por la mañana por unas 300 personas. Por la tarde, la aprobación fue mayoritaria, aunque las intervenciones del aforo expresaban claramente la "división de opiniones". "Esto es un paripé", exclamó incluso uno de los dirigentes del sindicato.

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La Plataforma lleva negociando, desde que desconvocó la última huelga de la EMT, hace mes y medio, el convenio colectivo que debería regir en la empresa este año. Los representantes sindicales y la dirección han celebrado una docena de reuniones, que no sólo no han acercado posturas, sino que las están enconando.

La empresa, dirigida desde el Ayuntamiento, considera que ha ganado la batalla planteada durante el último conflicto, que duró 66 días y finalizó con el despido procedente, según la Magistratura de Trabajo, de los ocho miembros del secretariado del sindicato.

La dirección limita su oferta para el convenio a una subida salarial del 5,5%. Los trabajadores piden, desde que presentaron en noviembre su proyecto global de convenio, el 8,5% y otras mejoras. Los avances en las reuniones no existen.

Con este clima, con ocho despedidos procedentes, otros 19 recurridos, otros 25 pendientes (16 con posibilidad de ser negociados y nueve con destino en los juzgados) y con la amenaza de 115 expedientes disciplinarios abiertos (de los que 10 o 12 acabarán en despido y unos 30, en sanciones graves), la Plataforma pedirá hoy a la dirección una contraoferta.

Si ésta no llega o no es asumible las huelgas comenzarán el lunes 8 de junio, ese día, para prolongarse a dos, el lunes y martes de la semana siguiente, y a tres (lunes, martes y miércoles) la siguiente. "Así seguiremos hasta que san Pedro baje el brazo", sentenció Pablo Rodríguez.

Los despedidos se ponen un sueldo

Las dos asambleas de trabajadores de la EMT celebradas ayer aprobaron, sin discusiones ni debate, diversas medidas económicas y de funcionamiento interno que tendrán una repercusión inmediata sobre las cuotas de los afiliados: unos 3.200. Pablo Rodríguez, el líder de la Plataforma Sindical, recabó el consentimiento asambleario para ponerse un sueldo -él y seis de los siete despedidos que Magistratura de Trabajo consideró procedentes- de 75.000 pesetas, con cargo a la caja de resistencia. Este fondo se formó con las aportaciones voluntarias recibidas durante la huelga. En varios calas casos, estos sueldos ya ha sido cobrados, sin la aprobación de la asamblea, por necesidades imperiosas del afectado o su familia.Siete de los ocho despedidos del secretariado crecieron, como finiquito y después de más de 20 años en la empresa, unas 220.000 pesetas. El octavo cobró menos de 100.000. Todos, desde la sentencia del despido y durante tres meses, no tienen derecho a entregar siquiera los papeles del paro por sanción.

El despedido que no cobra sueldo de resistencia, Gregorio Gijón, ex secretario de finanzas de la Plataforma, ha encontrado trabajo en la portería de la antigua sede del sindicato. Los otros acuerdos económicos adoptados tienen que ver con las cuotas mensuales, que subirán desde junio de 300 a 400 pesetas y con el precio del periódico Camina o revienta, que ha aumentado de 35 a 50 pesetas y desde ahora tendrá cuatro páginas y portada de papel cuché. La Plataforma se ha alquilado una sede mejor y en breve editará un libro sobre el conflicto.

Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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