El nuevo impuesto de sociedades nacerá sin deducciones por inversión y empleo

El nuevo impuesto de sociedades que entrará en vigor el año que viene nacerá limpio de deducciones y desgravaciones, en especial las que incentivan la inversión y la creación de empleo. En su lugar, el Gobierno aprobará en las leyes de presupuestos de cada año deducciones "selectivas y coyunturales" según explicó ayer el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza. Hacienda estudia modificar el sistema de pagos a cuenta del impuesto de sociedades y del IRPF para empresarios, agricultores y profesionales.

La reforma del impuesto de sociedades supondrá eliminar las deducciones que ahora pueden practicarse con carácter general. Esta medida no se compensará con una rebaja del tipo general del impuesto, que quedará en el 35%, según explicó ayer Antonio Zabalza, durante un seminario organizado por la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección). Se trata con ello de aproximar lo que efectivamente pagan las empresas a Hacienda por sus beneficios (un 27,16%) al tipo general del impuesto. La nueva ley será así el esqueleto del impuesto, mientras que el Gobierno incluirá, ampliará o eliminará las deducciones "que aconseje la situación económica" en las leyes de Presupuestos de cada año. Desaparecerá así la deducción general por inversión en activos fijos nuevos (5%) y se sustituirá por otras selectivas. En parte, ya ha ocurrido este año, al incluir en la ley de Presupuestos mayores deducciones para la internacionalización de las empresas, formación e investigación. La deducción por creación de empleo (500.000 pesetas por puesto fijo) ya ha desaparecido este año y se ha sustituido por otras diferentes.

El nuevo impuesto también, abordará el efecto de la inflación en los balances de las empresas. Zabalza fue, una vez más, tajante a la hora de descartar una regularización de balances al estilo del País Vasco. "Existen otros sistemas más afinados", explicó, "como son unas nuevas tablas de amortización y aplicar coeficientes de corrección monetaria, como en el IRPF". Se prestará, por otra parte, "mayor atención a las sociedades instrumentales instaladas en paraísos fiscales" con el fin de corregir las posibilidades de evasión de impuestos que se han abierto con el libre movimiento de capitales.

Hacienda estudia también la forma de atender una de las reivindicaciones más extendidas entre los empresarios. Se trata modificar el calendario de pago a cuenta del impuesto de sociedades y acompasarlo al ritmo en que se obtienen los beneficios. Ahora, las empresas pagan el impuesto del año en curso en tres plazos trimestrales del 20% y dejan el 40% restante a liquidar en julio del ejercicio siguiente.

El problema es que el cálculo de lo que hay que pagar en los plazos trimestrales se hace sobre los beneficios del año anterior. En una coyuntura como la actual de descenso de resultados, suele ocurrir que el pago a cuenta supera lo que al final hay que pagar (como ocurre, por ejemplo, con el sistema de retenciones sobre las rentas del trabajo). Un método similar se ha aplicado, por primera vez este año, a las declaraciones de renta de pequeños empresarios, profesionales y agricultores. Zabalza confirmó que, en ambos casos, renta y sociedades, se estudia "alguna variación".