Glorietas, mejor que semáforos
En el congreso Carretera y Contaminación, organizado por la Universidad Middlesex de Londres y la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Politécnica de Madrid, los 120 participantes hablaron de problemas, pero también de soluciones. Algunas, bien concretas.Paul G. Hóglund, ingeniero del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (Suecia), propuso el cambio de las intersecciones urbanas con semáforos por las glorietas, de modo que los coches circulen continuamente -aunque sea más despacio- y no se detengan (parones, arranques, acelerones y frenazos hacen aumentar el consumo de combustible y la emisión de sustancias contaminantes).
D. H. Stedrnan, del departamento de Química de la Universidad de Denver (EE UU), anunció que en su universidad han conseguido un aparato que permite hacer mediciones completas de las emisiones de un vehículo en sólo un segundo; pueden captar todo el espectro de gases mientras circula. Ahora, la mayoría de los estudios se realiza con el automóvil detenido y sometiéndolo a aceleraciones.
Ruidos
J. Salvador Santiago Páez, del Instituto de Acústica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha querido demostrar cómo el nivel de ruidos baja sensiblemente con la utilización en calles y carreteras de pavimentos porosos con una proporción de huecos del 20%: son buenos drenantes de agua y absorbentes de sonidos.
Andrés Monzón, profesor de Transportes de la Escuela de Ingenieros de Madrid y coordinador del simposio, señala que llega un punto en que el aumento de los medios de transporte supone ya el comienzo de un descenso en la calidad de vida de una ciudad, causado por los altos niveles de congestión, contaminación atmosférica, ruidos, vibraciones y riesgos de accidentes. Para Monzón, mejorar la movilidad en las grandes ciudades supone rebajar los niveles de contaminación.
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