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Azúa acusa a Aranzadi de intentar vender "una empresa quebrada como Acenor a precio de oro"

El vicelehendakari vasco, Jon Azúa, afirmó ayer que sería "suicida e imposible" asumir las condiciones que, según su versión, ha impuesto el Ministerio de Industria en la reinterpretación del acuerdo sobre Acenor. Azúa recordó que el plan Sidenor "no garantiza la viabilidad dell sector de aceros especiales" y acusó al ministro Claudio Aranzadi de querer "vender una empresa quebrada a precio de oro". Aranzadi argumentó que "el Gobierno vasco ha roto su palabra". El sindicato ELA-STV convocará huelga indefinida en Acenor si se aplica el plan Sidenor, que prevé cierre de plantas y reducción de plantillas.

Ni siquiera las explicaciones ofrecidas ayer por Azúa sobre los términos del desacuerdo lograron iluminar el fracaso del traspaso de Acenor al Ejecutivo autónomo, ni los responsables últimos del mismo. Unos y otros se acusaron mutuamente de actitud "irresponsable" y de forzar una ruptura "incomprensible". Azúa acusó al ministro de Industria, Claudio Aranzadi, de valorar los activos transmitidos por encima de lo acordado, de incorporar pasivos nuevos y de no ceder activos de las plantas de Hernani, Llodio y de la planta de forja de Basauri que quedaron definidos en el acuerdo, "que no se puede calificar de verbal", apostilló.

En términos financieros, Azúa denunció la rebaja de 1.000 millones en los 18.500 millones que la Administración se había comprometido a destinar para los excedentes laborales y la incorporación de una forma de pago fraccionada en tres años "de la que no se había hablado en ningún momento". Además, criticó que los 11.000 millones dedicados a sufragar las pérdidas de Acenor durante 1992 y 1993 no se contemplen como un dinero líquido, sino en términos contables.

Industria acusó, por su parte, a Azúa de querer utilizar ese dinero líquido para hacer frente a los costos de la reconversión en empresas privadas como Patricio Echevarria y Aforasa, compromiso asumido por Azúa pero no por la Administración central.

Claudio Aranzadi declaró ayer en Bruselas que la ruptura de las negociaciones se debe a que "el Gobierno vasco ha roto su palabra", informa Félix Monteira. Según Aranzadi, "se había aceptado un compromiso y ahora hacen una interpretación distinta". La diferencia es de 12.000 millones de pesetas entre la valoración de activos de la empresa y las obligaciones para asumir pérdidas y afrontar la regulación de empleo.

[El secretario de Estado de Industria, Álvaro Espina, calificó de incomrpensible la actitud del ejecutivo vasco. Industria redujo la valoración en unos 12.000 millones (7.000 de minusvalías y 5.000 de provisión de pérdidas) sobre los 25.000 iniciales, pero, según Espina, el ejecutivo vasco los redujo de su propia valoración dejándola en 1.000 millones].

El secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, representante del PSE en las diferentes cumbres de Madrid, apuntó que Azúa no ha querido asumir la responsabilidad de la reconversión.

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