Solchaga asegura que el fondo de cohesión del presupuesto comunitario para 1993 es más de lo que pedía España

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, aseguró ayer en el Senado que el fondo de cohesión que contempla el proyecto de presupuesto comunitario "es más de lo que pedía el Gobierno españoV. A juicio de Solchaga, "España ha quedado absolutamente reforzada" con la introducción del fondo de cohesión en 1993 "porque en Maastricht sólo se acordó que debía crearse antes del uno de enero de l994".El ministro defendió además que la cuantía del fondo propuesta por el proyecto de presupuesto coincide con la del Paquete Delors II, "que ha sido asumido por el Gobierno español". Según Solchaga, el presupuesto "crea provisionalmente el fondo de cohesión y le asigna un volumen de 1.565 millones de ecus" (más de 200.000 millones de pesetas).

El ministro dijo que "España está interesada en la creación de este fondo y en que se ponga en marcha en 1993", pero que es posible que algunos países comunitarios lo veten hasta 1994, que es la fecha comprometida en la última cumbre de Maastricht.

El objetivo del Gobierno, según Solchaga, es quedarse con el 60% de ese fondo de cohesión, que según el Paquete Delors II totaliza 10.000 millones de ecus (1,3 billones de pesetas), repartidos en los próximos cinco años, con una escala creciente. Esa escala va desde los 1.500 millones de ecus en 1993 a 2.500 en 1997.

El 60% que el Gobierno español espera conseguir del fondo de cohesión es el resultado, a juicio de Solchaga, de la evolución prevista por los fondos estructurales para. los cinco años por el Paquete Delors II.

El ministro recordó a los miembros de la comisión mixta Congreso-Senado para las relaciones con la Comunidad que el objetivo para 1997 es que los países con ingresos inferiores a la media comunitaria (Grecia, Portugal, Irlanda y España) dupliquen su volumen actual de fondos comunitarios y que los restantes los aumenten un 50%.

España captaría un mayor porcentaje del fondo de cohesión porque, según el ministro es, entre los cuatro países menos ricos de la CE, el que recibe menos dinero por fondos tradicionales.