La corrida fue vergonzosa, según el presidente, Luis Espada
Luis Espada, que presidió el festejo de ayer, no se andaba por las ramas a la hora de hablar de los toros, aunque matizaba que sus palabras eran en su condición de aficionado: "La corrida ha sido vergonzosa". Ya en su condición de autoridad establecía que no devolvió a los corrales al segundo y al quinto, pese a las fuertes protestas, "porque eran flojos, pero no inválidos, y estaban aprobados por los veterinarios".
El sexto sí le pareció inválido, por lo que decidió cambiarlo: "Además, estaban simulando la segunda vara, a ver si yo no me daba cuenta. Y, claro, un toro que no admite ni la segunda vara no puede lidiarse en Madrid". Sus últimas palabras las decía ya en su doble condición de aficionado y autoridad: "Ocurre que las figuras eligen estos toros flojitos y mansitos para Madrid, y luego quieren que el presidente les saque las castañas del fuego. Y de eso nada, en el pecado llevan la penitencia".
Manuel Caballero no se fijó en si se simulaba o no la segunda vara del sexto, pero cree que el presidente debió esperar más para devolverlo: "Reconozco que no tenía mucha fuerza, pero aún así, seguro que le habría sacado 15 ó 20 pases templaditos". Añadía que, por desgracia, el sobrero, que le correspondió en su lugar, no tenía ni uno.
El albacetense agregaba que si él ve la más mínima posibilidad a un toro, arriesga para lucirse: "Así fue con mi primero, por el que nadie daba un duro y sin embargo me lo llevé al platillo y se tragó varias series". Por esta razón se sentía contento, "aunque no he alcanzado ni mucho menos el triunfo que pretendía".
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