Nace una nueva orquesta
La noticia es ésta: una nueva orquesta ha empezado a sonar. Esta vez en Galicia, cuya Sinfónica carece de antecedentes históricos, como no sean los largos combates de personas que, como Rogelio Groba, soñaron e intentaron lo que ahora es realidad. La orquesta, con sede en el Auditorio de La Coruña y actividades en toda la comunidad, está gobernada por el denominado Consorcio para la Promoción de la Música (Ayuntamiento, Diputación y Amigos de la Música de La Coruña) y formada por profesores internacionales cuidadosamente escogidos. Se adivina en la operación la mano inteligente de Juan Bosco, de profesión "fórmador de orquestas", y en su salida adelante, el entusiasmo de cuántos son y cuentan en el desarrollo cultural coruñés y gallego, con la vista puesta en la actualidad y en el futuro; las actividades pedagógicas de la nueva formación no se harán esperar, ya que están diseñadas con firmes trazos. El objetivo general, sintetizado por el alcalde Vázquez en pocas palabras, es "acercar la música sinfónica a todos los ciudadanos sin distinción y de forma cotidiana".
En el Auditorio de La Coruña, repleto de público, sonaron el himno gallego, de Veiga, y el nacional; después, todos se acomodaron en sus butacas como diciendo: por fin, ya está. La transmigración psicológica, gestual y vitalista del gran grito galaico -ultreia, adelante- en el pujante sinfonismo de Rogelio Groba, una obra creada precisamente para esta gran fecha, tensó los ánimos, incluidos los de los profesores, juveniles en su mayor parte y, en su totalidad, capaces y afanosos.
La respuesta fue una larga ovación recogida por la orquesta con su director titular, Sabas Calvillo, y el músico de Ponteareas. Calvillo como titular, Maximino Zurnalave como principal invitado y Groba en calidad de compositor asociado forman la plana mayor musical de la nueva Sinfónica.
La crónica debe registrar la presencia masiva de personalidades de la música y de la cultura encabezadas por el presidente de la Xunta de Galicia, Fraga Iribarne, al que acompañaba, además de las autoridades coruñesas y comunitarias, la infatigable Paloma O'Shea, que representaba el compromiso de la sociedad con la vida cultural. Los críticos de Madrid, casi en pleno, promotores, gerentes y directores de las orquestas españolas se sumaron a un acto tan plenamente gallego que no es sólo de Galicia. Nos interesa a todos.
Insinuante expresividad
Una vez más faltó a la cita la pianista Martha Arguerich, aunque la sustitución no pudo ser mejor en la persona y el arte del asiduo colaborador de la pianista argentina, el violonchelista lituano Misha Maisky. Cedió Chopin su lugar a Dvorak, interpretado con gran perfección y alta pasión por Maisky, que hizo gala de insinuante expresividad, en tanto Sabas Calvillo se produjo, dentro del necesario acoplamiento, desde supuestos más formalistas, lo que también sucedió en Los cuadros de una exposición, de Musorgski-Ravel, evidencia arriesgada de la categoría global e individual del nuevo conjunto. Era estreno en España Espacio de espejo, que Tomás Marco dedicó en 1991 a Cristóbal Halffter, obra que abunda en la línea más reciente seguida por el músico madrileño: poesía, distanciamiento, detallismo instrumental, manejo personal de recursos al día, como el repetitivismo, búsqueda de sensaciones sonoras y acotarniento" -si así puede decirse- de un espacio cosmogónico.
Calvillo y los sinfónicos de Galicia presentaron la partitura con claridad y diversificación de matices, y añadieron al brillante y extenso programa varias propinas de Mozart, Vives, Giménez, Soutullo y Vert. Fue una alegre noche, pues significa, nada más y nada menos, el cambio de piel de la música en La Coruña y en toda Galicia.
El día anterior, y organizado por el citado Consorcio para la Música, ofreció un recital Dmitri Baskírov. La Fantasía en do menor de Mozart, la Sonata en la mayor de Schubert, la Opus 31 número 1 de Beethoven, Mazurcas y rondó de Chopin y tres espléndidas muestras de Rasmanínoff dieron cuenta del arte grande y sensible del maestro soviético, incorporado hoy a la vida española desde su cátedra en la Escuela Superior de Música Reina Sofia.
