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Crítica:JAZZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Apabullante

Chick Corea ha seguido como una sombra la evolución del jazz de los últimos 30 años. Acudió a la llamada de Miles Davis cuando éste buscaba pianistas abiertos y capaces de secundar sus nuevas ideas y endureció el gesto con su grupo Circle cuando el jazz empezaba a mostrar su faz severa. Y, cuando la influencia de compositores clásicos como Béla Bartók o Alexander Scriabin llamó a la puerta de los jazz men, Chick Corea abrió la suya de par en par.

Si ha estado atento a esta y otras sutilezas, difícilmente iba a pasar por alto el hecho grueso de que la música semiimprovisada, creada por instrumentos fríos pero polivalentes, y servida a través de amplificadores que escupen vatios sin escrúpulos, permite multitud de licencias expresivas y, lo que es aún más ventajoso, proporciona popularidad inmediata.

Chick Corea Elektric Band

C 3.3 and other tales: Mónica Runde / Beethoven y otros. Actos impuros: Pedro Berdayes / Hugm le Bars. Madrid en Danza. Sala Olimpia, Madrid 3 a 12 de mayo.

Chick Corea teclados), Eric Marienthal (saxos alto y soprano)

Frank Gambale (guitarras). Jimmy EarI (bajos elétricos de cuatro y seis cuerdas) y Dave Weckl (batería). Colegio Mayor San Juan Evangelista. Madrid. Aforo lleno. Precio. 2500 pesetas. 12 de mayo.

La Elektric Band visitó Madrid en noviembre de 1 990 e hizo un bonito concierto con momentos íntimos oportunamente intercalados entre sonidos poderosos. Esta vez, Corea ha vuelto para apabullar. El imponente camión que había traído el equipo era dueño y señor de las proximidades del San Juan Evangelista y, en el interior, los seguidores del grupo ocupaban hasta el último rincón de su célebre salón de actos.

El escenario estaba algo más despejado gracias a que los teclados de última generación ganan en posibilidades al mismo tiempo que merman en volumen. Dos ventajas que Corea aprovecha para, por fin, dejarse ver. Ahora le basta con un viejo piano eléctrico, retocado para hacer su sonido más puro, y el último ingenio comercializado por la marca que patrocina sus giras. Este prodigio, verdadera estrella de la noche, lleva la aséptica inscripción SY 99; con ella, el instrumento-objeto queda debidamente empadronado, si bien su infinita gama de sonidos tiende a esconder la identidad de quien lo toca.

Imaginación melódica

Pero no del todo. Corea posee un conocimiento armónico tan completo y una imaginación melódica tan inagotable que no le resulta difícil mantener frescas, en su fraseo y en su forma de componer, ciertas características distintivas que le otorgan rango de grande del teclado. Sus compañeros, aunque todavía tienen mucho que demostrar, también buscan la gloria, cada uno a su manera.

El público que llenó el salón de actos del colegio universitario madrileño disfrutó reconociendo tanto las viejas piezas de la etapa de Return to forever como las nuevas del último disco, Beneath the mask, y acabó en pie, hechizado por las constantes muestras de virtuosismo que acababa de presenciar.

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