Los especialistas aseguran que fluorar las aguas de consumo pueden reducir la caries un 60%
Una encendida polémica caldea la cuestión de sí o no a la fluoración de las aguas de consumo. Frente al apoyo decidido de odontólogos, autoridades sanitarias y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), existen detractores, como los grupos ecologistas, con el argumento de que provoca alteraciones patológicas en el organismo o contamina el medio ambiente. La adopción de la medida viene avalada por una experiencia de casi 50 años y unos estudios que demuestran que la fluoración de las aguas reduce la caries dental en un 60%.
En el mundo, 100 millones de personas viven en regiones donde el agua está fluorada de forma natural. Otros 210 millones de seres habitan en áreas cuyas aguas potables han sido fluoradas artificialmente."A esta medida se llegó tras la observación, contrastada, de que en las poblaciones residentes en lugares con aguas fluoradas de forma natural la prevalencia de caries dental era mucho más baja", explica Arthur Bushel, odontólogo, experto en salud pública y profesor emérito de la Universidad John Hopkins, en Baltimore (EE UU).
Este especialista, que ha participado en unas jornadas sobre fluoración de las aguas celebradas en la Escuela Nacional de Sanidad, afirma que, desde que, en 1945, se creó en Michigan (EE UU) la primera planta de fluoración, numerosos estudios científicos y epidemiológicos han demostrado que la fluoración de las aguas ha logrado reducir en un 60% la caries.
Estos mismos estudios no sólo han puesto de manifiesto su efecto beneficioso sobre la dentadura, sino que además han aclarado taxativamente que no resulta dañino para el organismo. Esta afirmación se hace extensiva a todo tipo de personas, incluidas embarazadas, diabéticos o enfermos renales.
La OMS y la Federación Dental Internacional (FDI) respaldan la iniciativa de fluoración de las aguas. El propio Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos ha sostenido repetidamente que esta medida no entraña el menor riesgo en relación con la producción de tumores malignos.
Responsabifidad autonómica
La práctica totalidad de los países desarrollados ha acometido el proceso de fluoración de las aguas potables. En España, esta medida es responsabilidad de las autoridades autonómicas, de ahí que no se haya implantado aún en todas las comunidades. El País Vasco, Andalucía, Murcia y Cataluña son algunas de las que ya la han adoptado. Madrid y Castilla y León, por ejemplo, están a la espera. Para Federico Simón, odontólogo y responsable del programa de salud bucodental del País Vasco, la fluoración de las aguas es una medida muy económica que provoca unos resultados espectaculares en la reducción de la caries el primer problema en frecuencia de salud pública en el mundo.
"Únicamente cuesta 25 pesetas por persona al año", dice, "y no sólo beneficia a los niños, sino también a los adultos, ya que, además de evitar la aparición de la caries, frena el avance de las caries ya existentes".
Según este experto, el consenso internacional para fluorar las aguas fija como nivel óptimo en la profilaxis dental una parte de flúor por un millón.
Detractores
Algunas teorías en contra de la fluoración de las aguas postulan que provoca manchas en el esmalte dental. Es cierto que este fenómeno puede aparecer cuando las aguas tienen concentraciones muy elevadas de flúor, pero nunca, según los expertos, cuando se cumplen los niveles establecidos por el consenso internacional.Otros detractores, siguen manteniendo argumentos según los cuales incide en la aparición de casos de síndrome de Down o mongolismo, en el aumento de enfermedades cardiacas o en la contaminación ambiental. Todos ellos, desmentidos tras sucesivos estudios llevados a cabo por las más serias y prestigiosas instituciones de salud pública internacionales.
Rizando el rizo, hay opositores que alegan que la fluoración de las aguas impuesta por las autoridades atenta contra la libertad individual de las personas, a quienes se les niega otra opción.
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