Un coronel se querella contra un general médico por presunta imprudencia profesional

Jesús María Alia Muñoz, coronel de aviación, ha presentado una querella contra un general y un comandante del Hospital Central del Aire de Madrid por las secuelas de una intervención quirúrgica para aliviar unas neuralgias del nervio trigémino. La operación iba a durar "tres minutos", y salió del quirófano a las dos horas y media con un enorme hematoma. El juez de Instrucción número 45 de Madrid ha admitido a trámite la querella.

Alia padece ahora mayores dolores, sufre sordera del oído derecho, secreciones purulentas en el ojo del mismo lado y no puede abrir la boca más de dos centímetros, según los términos de la querella.El coronel Alia, ya retirado, acusa al general de brigada de sanidad Julián Rodríguez Hernández y al comandante médico Alejandro Bárcena Orbe de imprudencia punible e impericia profesional con resultado de lesiones muy graves.

En noviembre de 1990, según la querella, ante las continuas crisis de dolor que le producían unas neuralgias del nervio trigémino, el coronel acudió a la consulta de Julián Rodríguez Hernández, general de brigada y jefe del servicio de neurocirugía del Hospital Central del Aire, quien prescribió una "microcompresión percutánea del ganglio de Gasser". El coronel pidió al general que practicase él la intervención, pero éste prefirió que la hiciera, bajo su supervisión, el comandante médico Alejandro Bárcena Orbe, que había realizado "más de 200 con absoluto éxito".

Según explica el coronel Alia en la querella, el doctor Rodríguez Hernández le informó que la intervención no revestiría riesgo alguno, puesto que se trataba "de un simple pinchazo en la cara".

Pero al recuperarse de la anestesia, el coronel comprobó que tenía un enorme hematoma y un edema desde la ceja hasta el cuello y un herpes en la boca. "Hemos pinchado la carótida, pero todo se ha solucionado al cerrarla por electrocoagulación" afirma el coronel que le dijo el comandante Bárcena.

Más trastornos

Al regresar a su domicilio, el paciente no podía abrir la boca ni masticar alimentos. Los dolores se le extendieron a las otras dos ramas del trigémino y empezó a sufrir trastornos de audición producidos por inundación de la sangre procedente de la carótida. Una operación posterior, en febrero de 1991, no mejoró la situación.El coronel querellante, asesorado por el abogado Gustavo López Muñoz y Larraz, acusa al general Rodríguez Hernández de haberle "ocultado maliciosamente" que en el quirófano habían existido antecedentes de infección por herpes, y que el doctor Bárcena, "al que tanto recomendaba, había sido condenado en 1987 por imprudencia profesional.

En el escrito dirigido al juzgado se pide que se reclame a los querellados una fianza de 25 millones de pesetas, a depositar solidariamente junto con el Hospital Central del Aire, como eventual responsable civil subsidiario.