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Los jueces exigen al ministerio un tercer juzgado de guardia

Los jueces de instrucción de Madrid han pedido al Ministerio de Justicia que cree cuanto antes un tercer juzgado de guardia en la capital. Un miembro de la Junta de Jueces afirma: "Es inhumano que un solo juez se vea obligado a decidir, en las 24 horas que dura su guardia, si encarcela o pone en libertad a 100 personas". La cifra media de detenidos es cada vez mayor, y oscila entre los 70 y los 100 diarios, y a veces, más.

Fuentes de los juzgados de la plaza de Castilla aseguran que hace apenas unos días el magistrado que estaba de guardia "estuvo interrogando a detenidos hasta las cinco de la madrugada". "Esto es inhumano, pero no sólo para el juez; también para los detenidos", explica el miembro de la Junta de Jueces antes citado.

En la actualidad, Madrid dispone de dos juzgados de guardia: uno que se dedica a instruir diligencias (levantamiento de cadáveres, asunción de denuncias, autorización de registros domiciliarios...) y otro (llamado de detenidos) cuya finalidad es interrogar a las personas que detiene la policía. Su misión es tomarles declaración y decidir si quedan o no en libertad. Que haya dos juzgados de detenidos (al margen del de diligencias) es lo que de nuevo pretenden ahora los jueces.

El Ministerio de Justicia no está, de momento, por la labor de construir ese tercer juzgado de guardia. Hace varios años, la Junta de Jueces solicitó, sin éxito, su creación.

Masificación

Desde que una persona es detenida, y hasta que comparece ante el juez, pasan (en la mayoría de los casos) bastantes horas. Una vez en el juzgado, la espera tiene lugar en los calabozos. Gran parte de ellos llegan allí después de haber sido interrogados en comisaría y de haber pasado allí casi toda la noche.Algunos días, el número de detenidos es tan elevado que algunos de los jueces que realizan guardias se agobian y delegan en sus funcionarios más cualificados parte de los interrogatorios. Este hecho es ilegal: sólo el juez puede tomar declaración a un detenido.

Algunos magistrados, por idéntico motivo -"y para no tener que estar hasta las cinco de la madrugada", ironizan otras fuentes judiciales- despachan a los detenidos en cuestión de minutos. "Depende del carácter de cada juez".

No son extraños los días en que la pequeña y antihigiénica habitación de los calabozos en la que se desarrollan casi todos los interrogatorios se parece a una consulta de médico de cabecera a juzgar por la celeridad con que entran y salen los detenidos.

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