De Benedetti y Gelli, condenados a altas penas de prisión por la quiebra fraudulenta del Ambrosiano
Las cúpulas del Banco Ambrosiano y de la logia masónica Propaganda 2 fueron condenadas el jueves por la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia de Milán por la quiebra fraudulenta del citado banco, ocurrida en 1982. Diecinueve años de cárcel para Umberto Ortolani, 18 y medio para Licio Gelli, cabezas de la P-2, y seis años y cuatro meses para el presidente de Olivetti y de la financiera CIR, Carlo de Benedetti, son algunas de las penas impuestas, 34 en total, que suman más de 300 años de prisión para 33 imputados. Al conocerse el veredicto, las acciones de las empresas de De Benedetti en la Bolsa de Milán bajaron hasta un 3%, pero terminaron la jornada superando el bache, según fuentes de la financiera. Los jueces acogieron plenamente las peticiones fiscales, y en algunos casos las sobrepasaron en su sentencia.
La decisión judicial, considerada en Italia espectacular, ya que afecta a personajes de primera línea de la empresa, la industria y las finanzas, fue emitida tras dos años de debates, 119 audiencias y una semana de deliberación del tribunal. El agujero financiero provocado por la bancarrota del Banco Ambrosiano fue de alrededor de 150.000 millones de pesetas y significó la ruina de muchos ahorradores y grandes vaivenes en el mundo económico.Las penas dictadas el jueves por el tribunal de Milán han quedado en suspenso hasta la resolución de los recursos que De Benedetti y otros imputados presentaron inmediatamente.
Especial relevancia se concede a la condena de la cúpula de la logia masónica Propaganda 2 de Licio Gelli, que actuó como piloto de operaciones rapaces llevadas a cabo con fondos del banco y a la de quienes, según los jueces milaneses, se aprovecharon del colosal drenaje de dinero del Ambrosiano. Entre éstos se encuentra el ingeniero Carlo de Benedetti, presidente de la Olivetti, con un 40% de la financiera española Cofir y presente en el mundo editorial a través de grupos como L'Espresso-Repubblica. A Carlo de Benedetti se le pone en cuestión por la forma en que dejó la vicepresidencia del banco poco antes de la quiebra, obteniendo un beneficio de unos 2.400 millones de pesetas.
A Giuseppe Ciarrapico se le acusa como consecuencia de una financiación, fuera de las regla! bancarias, de casi 3.400 millones de pesetas, dinero que empleó para comprar el organismo Termas de Fiuggi, propietario también de las aguas minerales de la misma marca. Ciarrapico devolvió esa suma más los intereses, pero se vio igualmente implicado. Los defensores del presidente de Olivetti dijeron el jueves que "condenar a De Benedetti, que, como ha admitido reiteradamente el fiscal, había denunciado y había actuado para frenar la mala gestión del banco, suscita estupor y desvía la atención de la opinión pública de las auténticas responsabilidades que condujeron al desastre del Ambrosiano".
La defensa
Los abogados de De Benedetti manifestaron que éste fue víctima de las agresiones de Roberto Calvi, quien le forzó a abandonar su posición de accionista y sus funciones de vicepresidente del banco, cargo en el que estuvo sólo dos meses, en los que, añaden, no tuvo tiempo de descubrir y utilizar las maniobras financieras de Roberto Calvi para dictarle las condiciones de su marcha. Los defensores señalaron también que De Benedetti revendió su paquete de acciones del Ambrosiano, -el 2% del capital, y recuperó exclusivamente la inversión inicial y los intereses. Esta tesis parece no haber convencido a los jueces de Milán.
Giuseppe Ciarrapico, el rey de las aguas minerales, en su calidad de presidente del holding Italfin 80, presidente del equipo de fútbol del Roma, prefirió hablar en primera persona de su condena a cinco años y medio de cárcel. "La sentencia", dijo, "estaba en el aire. Ha sido un proceso político y, por tanto, una sentencia política. Naturalmente, he recurrido ya".Entre las condenas principales figuran las del ex administrador del grupo editorial Rizzoli, Bruno Tassan Din (14 años); los administradores del Ambrosiano, Roberto Rosone (12 años) y Orazio Bagnasco (7 años y medio); el ex agente secreto y siempre polifacético Francesco Pazienza (14 años y 8 meses); Flavio Carboni (15 años); Fausto Annibaldi y Anna Bonomi Bolchini, la dama de hierro de las finanzas italianas (7 años y medio cada uno); Antonio Confalonieri (8 años y 2 meses); Filippo Leoni (12 años), y Giuseppe Prisco (8 años y 8 meses).
Los 33 condenados deberán pagar daños a los pequeños accionistas. La cifra total provisional ha sido fijada en unos 8.500 millones de pesetas. De Benedetti y Ciarrapico deberán anticipar unos 670 millones de pesetas en concepto de gastos de liquidación del banco.
Las penas de prisión y pecuniarias impuestas. por el tribunal de Milán quedan en suspenso hasta que se pronuncien el de Apelación y el Supremo. A la sentencia del jueves va unida, para todos los condenados, la prohibición perpetua de ocupar cargos o trabajar para la Administración pública y la inhabilitación para dirigir cualquier tipo de empresa durante 10 años, penas que, por el momento, no son ejecutivas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.