El ataque que se vio venir
En la madrugada del día 15 de abril de 1986, bombarderos norteamericanos atacaron Trípoli durante 20 minutos y Bengasi, la segunda ciudad libia, y causaron 37 muertos, entre ellos una hija adoptiva de Muammar el Gaddafi. Los aviones procedían de los portaaviones de la VI Flota Coral Sea y Saratoga y de bases del Reino Unido.El presidente del Gobierno español, Felipe González, negó el permiso de sobrevuelo a los bombarderos. Pero, según fuentes oficiales del Ministerio de Defensa, cinco aviones cisterna KC-10 con base en Zaragoza se unieron el 11 de abril en y se dirigieron a la base de Fairford (Reino Unido) para unirse a otros 15 aviones cisterna utilizados en el ataque. El Gobierno español ocultó este dato.
Ronald Reagan, entonces presidente de EE UU, justificó la acción por la responsabilidad directa de libia en el terrorismo internacional. El comunicado de la Casa Blanca se refirió al atentado del 5 de abril en una discoteca de Berlín Occidental frecuentada por militares norteamericanos. La explosión causó la muerte del sargento Kenneth Ford e hirió a varios soldados. Posteriores evidencias mostraron que ningún agente libio estuvo envuelto en este atentado.
La escalada de incidentes entre Washington y Trípoli comenzó el 24 de enero con unas maniobras de las fuerzas aeronavales estadounidenses frente a las costas libias, en las que EE UU penetró en el golfo de Sidra, sobre el que Libia reclama soberanía, lo que no le reconoce Washington. En estas maniobras el Pentágono bombardeó una base de misiles y hundió dos lanchas libias. El 2 de abril, murieron sobre Grecia cuatro pasajeros de un avión de la compañía norteamericana TWA al caer por un agujero abierto en el fuselaje de la nave tras la explosión de una bomba en la bodega de equipajes.
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